Los viajes de las tortugas terminan en casa

Cuatro puestas de huevos de tortuga boba han sido detectados en el litoral valenciano en diez años. En 2006 se localizó el primer caso, sin precedentes conocidos en los últimos siglos. Habitualmente las tortugas marinas vuelven a criar al lugar donde nacieron, por eso los investigadores quieren conocer mejor de dónde vienen y a dónde van.

2 de julio de 2016 una tortuga sale del mar en una playa de Sueca, al sur de Valencia. Es la cuarta puesta de tortuga boba que se localiza en la costa valenciana desde 2006, cuando se detectó el primer caso en Puçol. En 2015 y 2014 se produjeron otros dos casos en Torrevieja y San Juan de Alicante. Hasta hace apenas una década la cría de tortugas marinas en el Mediterráneo occidental era un hecho insólito para los investigadores y ahora se está convirtiendo en una costumbre anual. La tortuga boba  (Caretta caretta) es "filopàtrica", es decir, normalmente vuelve a criar al mismo lugar donde nació.

 2 de julio de 2016: una tortuga sale del mar en una playa de Sueca, al sur de Valencia.

El incremento de la detección de nidos parece relacionado con la mayor ocupación humana de las zonas de litoral y también con la concienciación ciudadana. No es casualidad que la localización de la tortuga en Sueca fuera en unsábado por la noche en pleno verano, cuando la gente llene las zonas de paseo o establecimientos próximos a las playas. Los técnicos en recuperación de fauna marina de la Generalitat Valenciana piensan que la cría de tortugas marinas es habitual en el litoral valenciano, pero es un hecho difícil de observar porque se produce de noche y de manera inesperada.

En caso de detectarse la presencia de una tortuga criando en una playa lo mejor es no molestar al animal. De hecho la tortuga de Sueca fue identificada a los pocos días en una playa de Almería gracias al microchip que le instalaron, pero finalmente la madre no puso los huevos en la arena posiblemente debido al gran revuelo provocado por el público que se congregó a su alrededor.

Los plásticos y las medusas

Las tortugas marinas están gravemente amenazadas en el Mediterráneo sobre todo a causa de la ingesta de plásticos, que confunden con medusas, y debido a la pesca accidental. Por eso es importante que cualquier persona que encuentre alguno de estos reptiles marinos, o cualquier otro animal salvaje herido o perdido, lo comunique al teléfono de emergencias 112. Un dispositivo formado por técnicos de la conselleria de Medio Ambiente, L’Oceanogràfic y la Universidad de Valencia está especializado en atender todo tipo de situaciones relacionadas con fauna marina.

Playa de La Punta

Cuando los investigadores detectan la presencia de un nido de tortugas en el litoral valenciano, trasladan los huevos a l’Oceanogràfic de Valencia. Allí los miden y depositan unos cuantos en incubadoras. El resto son enterrados en una playa de la Albufera de Valencia, que reúne las características necesarias de aislamiento y calidad ambiental. Un grupo de voluntarios de la asociación Xaloc se encarga de vigilar el nido hasta que los huevos eclosionan y las jóvenes tortuguitas salen a la superficie. Tras analizar su estado de salud, y equipar algunas de ellas con radiotransmisores que permiten seguir su posición, todas son liberadas para que continúen sus largos viajes por mar transcurrido un período de adaptación. Sí todo va bien y cumplen con su instinto, probablemente las que sobrevivan al paso del tiempo regresaran algún día al lugar donde nacieron para seguir con el ciclo de la vida.

Voluntarios de la asociación Xaloc se encarga de vigilar el nido

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