Una ley para hacer la Huerta intocable

Ha estallado en la Huerta de Valencia otra mascletà de optimismo agrícola. La Conselleria de Territorio ha hecho público el Plan de Acción Territorial de l'Horta (PATH) de Valencia. En un plazo de tiempo no muy largo la ley del PATH se presentará en las Corts Valencianes.

El PATH afecta a más de sesenta municipios y a una superficie de 12.000 hectáreas. Descalificará suelo hasta ahora urbanizable, fijará suelo rural irreversible, infraestructuras verdes, propondrá medidas para la regeneración de los oficios agrícolas y el relevo generacional, y todo ello con fuerza de ley, de modo que no dejará margen a la especulación, en especial a la especulación urbanística.

Después del de la Conselleria de Agricultura, con el propósito de potenciar este sector y dignificar la vida del pequeño labrador, y del Plan Agrario del Ayuntamiento de la ciudad, con su anillo verde y la dotación de fuerza al Consell Agrari, el es el remate de una serie de medidas por las que han luchado durante los años oscuros los colectivos en defensa de l'Horta y los ciudadanos que los sostienen.

La consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, dejó claro durante la presentación del anteproyecto que con esta norma “se pone freno a los modelos económicos especulativos que destrozaban el territorio y que caracterizaron al anterior gobierno del PP”.

Expropiación de terrenos sin cultivar

Lluís Ferrando, director general de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje, aseguró que el PATH supone un blindaje total al espacio de huerta protegido. No solo las tierras se protegerán, sino que se incluye un catálogo de más de 1.000 elementos patrimoniales que hay que conservar, como alquerías, acequias, molinos, barracas, etc. Se recuperará espacio para el cultivo, se expropiarán los campos sin cultivar por un período de tres años, y se cederán a agricultores en sistemas de arrendamiento. Todo ello dentro de un Plan Agrario extenso y sistemático.

Una vez más, la Administración hace una proclama de intenciones que nadie puede rechazar, y que levanta pocas o ninguna suspicacia. El PATH, igual que el Plan de Agricultura Orgánica y el Plan Agrario de la ciudad de Valencia, se está consensuando y discutiendo a todos los niveles donde los intereses públicos están en juego.

Es un gran salto hacia adelante, considerando que la idea original de un Plan de Acción Territorial viene del año 2001, cuando el gobierno del PP se vio acosado por una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada a las Cortes. Se le pedía una ley de Protección, Conservación e Impulso para la huerta, que asegurara la pervivencia de un espacio amenazado por la especulación urbanística.

Olvidado en un cajón

Las 120.000 firmas aportadas no fueron suficientes para que se tomara en cuenta esa ley, pero cinco años después, redactado por un equipo competente de profesionales y expertos, que utilizaron técnicas específicas, presupuestadas en el plan, para asegurar la participación efectiva de los agentes implicados. Esto debió parecer excesivo a los políticos con mando en plaza en aquellas fechas. La última versión de este plan, en 2010, había cambiado por completo. Y tras la crítica de los colectivos interesados en la protección de la Huerta, fue olvidado en un cajón.

Por fin se ha sacado del mismo, se ha modificado, se ha conversado con colectivos y con agricultores, medioambientalistas y movilizadores sociales, y se ha presentado en un escenario adecuado, el Museu de l'Horta de Almàssera, con un gran despliegue de autoridades emanadas del Pacte del Botànic, de gráficas y gráficos y de retórica optimista.

Que nadie se haya atrevido a rechazar este plan no significa que haya sido aceptado sin rechistar. Labradores representativos consultados por Samaruc-Digital han manifestado su esperanza en el PATH, y han destacado sus valores. Pero también han subrayado que hasta que no conozcan la redacción definitiva de la propuesta de ley, no pondrán la mano en el fuego por ella.

El ejemplo más contundente ha sido el del colectivo , que viene peleando por el asunto desde su fundación, porque es el tuétano de su existencia, su misión política. Es conveniente visitar su página y en ella leer la “”. Se trata de una revisión del texto de 2010, no una crítica del texto definitivo, todavía por concluir.

Dos conceptos sin aclarar

Los dos conceptos clave todavía sin aclarar son “Área de Reserva” e “Infraestructuras Verdes”. Por área de reserva se entiende una serie de solares reservados para la construcción de viviendas en diversas ubicaciones de l'Horta, en especial en el término municipal de Valencia, y que fueron señaladas y denunciadas por los colectivos que el año pasado desarrollaron una campaña por la paralización de la reforma del PGOU. Las reservas están localizadas en Castellar-l´Oliveral, Forn d´Alcedo, Pinedo, Natzaret, Campanar, Benimaclet, la huerta de Vera en el entorno de la Universitat Politécnica y el sector Safranar junto a Picanya.

A esto hay que sumar las polémicas tierras de La Punta expropiadas en su día para una Zona de Actividades Logísticas del Puerto. La ZAL fue anulada por el Tribunal Supremo, dejando en el aire las reparaciones a centenares de propietarios de casas y de agricultores. Pero lo que el Supremo no hizo fue una mención explícita a la “especial reserva del suelo”. No se podrá seguir adelante con la nunca finalizada ZAL, pero tampoco está claro que se tenga que volver a transformar en zona verde.

Y aquí es donde entra en juego el segundo concepto mencionado antes, “Infraestructuras Verdes”. Uno de los propósitos más codiciados (por su arraigo popular y su significado político) es el de garantizar corredores verdes para disfrute de la población. El más importante de todos es el que afecta a la ZAL de La Punta. Por lo que sabe “Per l'Horta”, existe un estrecho corredor reservado para unir la Albufera y el Jardín del Turia. Lo que esperan es que se ensanche, que sea un verdadero corredor, no un carril bici. Una anchura debida, varias decenas de metros, que conecte el paraje natural de la Albufera con el Jardín del Turia todavía sin acabar, y proporcione un camino de recreo sin interrupciones del Perelló a Ribarroja de Turia.

Las expectativas creadas por el anuncio del PATH son grandes, tanto, que la responsabilidad adquirida por las administraciones afectadas es enorme, y todo el mundo espera que estén a la altura de las circunstancias.

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