BirdLife International ha revisado el estado de conservación de algunas de las especies de aves de mayor trascendencia en el ámbito europeo, entre ellas tres especies de aves marinas de presencia regular en España: la pardela balear (Puffinus mauretanicus) y mediterránea (P. yelkouan), y la gaviota de Audouin (Larus audouinii). Tras el proceso, las dos primeras mantienen su categoría de amenaza, mientras la tercera se incorpora a la lista de aves amenazadas a nivel global siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El proceso de revisión muestra un preocupante declive de estas tres especies, y al mismo tiempo pone de manifiesto la escasez de datos en algunos casos, que impiden una evaluación adecuada. “Contar con programas de seguimiento exhaustivos y bien coordinados es esencial para entender la evolución de las poblaciones de aves, y en el caso de las marinas la situación dista mucho de ser ideal”, comenta Pep arcos, coordinador del Programa Marino de SEO/BirdLife. “Por ejemplo, hace dieciséis años que la pardela balear cuenta con la máxima categoría de amenaza, y debería ser objeto de un seguimiento intensivo, pero para la mayoría de colonias seguimos trabajando con las estimas de población de hace dos décadas”, añade.

Pardela balear, el dudoso honor de liderar la lista

La pardela balear se revalida como la especie de ave más amenazada de Europa, al clasificarse como “en peligro crítico”. Pese a la ausencia de un censo exhaustivo en las colonias, restringidas al archipiélago balear, se sabe que poco a poco disminuye la población reproductora, y ha desaparecido ya de algunos enclaves. Los modelos demográficos indican un drástico declive poblacional, que predicen la extinción de la especie en menos de 60 años, si nada cambia. La pardela balear decrece a marchas forzadas, principalmente por contar con una tasa de supervivencia adulta muy baja. La explicación más plausible es la elevada mortalidad accidental en artes de pesca, aspecto en el que SEO/BirdLife trabaja intensamente a través de proyectos como Zepamed y Zepamar. A ello se suma la depredación en las colonias por parte de mamíferos introducidos, como gatos y ratas.

 Pardela balear (Puffinus mauretanicus). Foto: Pep Arcos-SEO/BirdLife

Gaviota de audouin, la nueva incorporación

La gaviota de Audouin, antaño considerada una de las gaviotas más raras del planeta, pasó a considerarse como de “preocupación menor” tras el notable incremento poblacional que experimentó entre los años 1980 y 2000, especialmente tras la colonización del delta del Ebro. Pero en años recientes la colonia del delta disminuyó drásticamente, principalmente a causa de la entrada de depredadores terrestres, pasando de más de 15.000 parejas en 2006 a menos de 2.000 en la actualidad. Y pese a la ocupación de nuevas zonas, la población conocida habría caído en más de un tercio en la última década, lo que justifica su reclasificación como “vulnerable”. Además, la mayoría de esas nuevas zonas ocupadas representan entornos “poco naturales”, como puertos y explotaciones salineras, lo que pone en riesgo su continuidad a largo plazo.

 gaviota de Audouin (Larus audouinii)). Foto: : Pep Arcos-SEO/BirdLife

Pardela mediterránea, tras los pasos de la balear

La otra especie de pardela revisada, la pardela mediterránea, se encuentra en una situación muy parecida a la de la balear, con la diferencia de que sus poblaciones reproductoras son mayores y se distribuyen por todo el Mediterráneo. Por otro lado, la información sobre la especie es aún más fragmentada, pero los problemas principales parecen ser los mismos: depredación en colonias y capturas accidentales en el mar. El veredicto, “vulnerable”, a falta de mejorar la información sobre la especie en todo su ámbito de distribución. SEO/BirdLife ha iniciado en 2020 el proyecto PufMed, financiado por la Fundación Biodiversidad, que incluye entre sus objetivos mejorar el conocimiento de esta especie en España y proponer su incorporación al Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA).

 Pardela mediterránea  (P. yelkouan). Foto: : Pep Arcos-SEO/BirdLife

Una gran diversidad, una gran responsabilidad

España cuenta con la mayor diversidad de aves marinas de Europa, al abarcar tres regiones biogeográficas distintas: la Mediterránea, la Atlántica y la Macaronésica. En total son más de 20 las especies de aves marinas reproductoras, a las que se suman otras tantas procedentes de otras regiones, desde el Atlántico sur hasta el Ártico, fuera de su periodo reproductor. Entre ellas, además de las tres especies citadas, otras cuatro también figuran como amenazadas o casi amenazadas a nivel global en la lista de la UICN: la pardela sombría (Ardenna grisea), la gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), el alca común (Alca torda) y el frailecillo atlántico (Fratercula arctica). Y otras merecen especial atención por la preocupante situación de sus poblaciones, si bien no figuran (aún) en dicha lista, como el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y la pardela chica macaronésica (Puffinus baroli).

“Una gran diversidad requiere también de una gran responsabilidad”, indica Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. “España ha sido un referente internacional en procesos de conservación marina, como la identificación de Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA), pero aún tiene muchos deberes pendientes, y mantener un buen termómetro es uno de los más importantes; solo con programas de seguimiento ambiciosos, el timón de la conservación podrá mantener el rumbo adecuado”.