Canteras y Biodiversidad, una convivencia posible. III

La conclusión más positiva de I Seminario de Canteras y Biodiversidad es el diálogo y el debate abierto entre empresas de a industria extractiva, expertos conservacionistas y asociaciones ecologistas relacionados con la conservación de la biodiversidad. Un diálogo necesario para conseguir armonizar la conservación de la naturaleza con un desarrollo sostenible de la industria extractiva. Queda mucho por hacer, pero hay sensibilidad tanto por parte del sector, como de los grupos conservacionistas.

El sector minero es sensible al problema medioambiental que causa su actividad y  es consciente de que tiene que reaccionar ante la inevitable transición ecológica. La conclusión más positiva del I Seminario de Canteras y Biodiversidad es la oportunidad de debate y diálogo abierto sin censuras, entre el sector minero, expertos conservacionistas y organizaciones ecologistas. El sector minero reconoce que necesita de ellos y las recientes colaboraciones entre empresas y entidades del tercer sector especialistas en conservación (ONGs, universidades, pequeñas empresas) han dado buenos resultados en cuestión de rehabilitación y restauración de minas.  Pero aun queda mucho que hacer en un sector compuesto por grandes multinacionales con grandes recursos y visión, y pequeñas empresas familiares que funcionan bajo una legislación rígida y antigua.

Durante el Seminario hemos podido comprobar que lo que necesita el sector es un cambio de imagen y discurso. La percepción de que construir más infraestructuras es síntoma de crecimiento, ya no cala en un país que ha construido aeropuertos vacíos, autopistas inútiles y que tiene 3,5 millones de viviendas vacías. ¿Es necesario construir más y más? Se preguntaba Aruaujo en su exposición durante el seminario.

El cambio del modelo de desarrollo

En una sociedad donde hasta ahora se medía el progreso de un país en función de lo que produce y de su renta per cápita, la minería ha sido siempre un sector de especial relevancia en el progreso del ser humano y clave en el desarrollo económico. Las grandes explotaciones mineras surgen durante los siglos XIX y XX con el crecimiento industrial y el aumento poblacional  para satisfacer la mayor demanda de materias primas para construcciones, industrias o energía, que en muchos casos se obtienen de los yacimientos terrestres. Gracias a ellas vivimos en casas cómodas, viajamos por autopistas rápidas o en trenes de alta velocidad, construimos hospitales, etc. 

Pero el paradigma para medir el progreso de un país está cambiando. Más ahora que la IV Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el máximo foro global de toma de decisiones ambientales, ha hecho públicas las conclusiones del Sexto Informe Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO 6).  En ella se urge a los gobiernos a tomar medidas drásticas para combatir el cambio climático y la degradación de los ecosistemas: “las actividades antropógenas insostenibles realizadas en todo el mundo han degradado los ecosistemas de la Tierra y socavado los cimientos ecológicos de la sociedad. ….Es necesario adoptar medidas urgentes a una escala sin precedentes para detener y revertir esa situación y proteger así la salud humana y ambiental y mantener la integridad actual y futura de los ecosistemas mundiales…. Todas esas medidas precisan de políticas más ambiciosas y eficaces….Pero el mundo tiene a su disposición la ciencia, la tecnología y las finanzas necesarias para transitar hacia el desarrollo sostenible, aunque todavía falta mayor apoyo de parte de los líderes públicos, empresariales y políticos que se aferran a modelos obsoletos de producción y desarrollo”, indica el informe.

Por lo tanto, en la nueva coyuntura para medir el progreso de un país se tendrán que tener en cuenta factores como la salud, la educación, el medio ambiente o el bienestar social. 


Los retos de la industria extractiva

El verdadero reto de sector extractivo y de la construcción es adaptarse y, a ser posible, contribuir al cambio hacia un nuevo paradigma, del “modelo de desarrollo de “crecer ahora, limpiar después” por un modelo económico “cero residuos” para el año 2050”, como indica el propio informe de la ONU. El sector extractivo es responsable de casi una tercera parte de los residuos generados en la UE.

Todos los participantes han estado de acuerdo en la necesidad de la implicación de los gobiernos y las administraciones. Urge armonizar la Ley de minas de 1973 con los nuevos objetivos de desarrollo y crecimiento sostenible, agilizar los trámites y controlar las buenas prácticas en la actividad extractiva.  

La planificación estratégica es de especial relevancia para evaluar caso por caso, sobre todo en aquellos proyectos que se desarrollen dentro de zonas Red Natura 2000 o con algún grado de protección, valorando con rigor tanto la oportunidad como el riesgo y garantizando que estas actividades se desarrollen con respeto pleno de las necesidades y limitaciones ambientales. Como resaltaba Lucía Iglesias, Policy Officer en la Unidad de Protección de la Naturaleza de la Dirección General Medio Ambiente de la Comisión Europea: “resulta necesaria la gestión activa y flexible a lo largo de la vida de la mina o cantera, desde la exploración inicial hasta el cierre… El futuro de la actividad minera pasa por el desarrollo de buenas prácticas en los proyectos, en materia de planificación, diseño e implantación para una adecuada integración de las políticas protección de naturaleza y de biodiversidad en el sector”.

Es necesario que la administración desarrolle medidas de control sobre zonas especialmente saturadas de concesiones mineras o de industrias contaminantes como Villar del Arzobispo o Sagunto. En necesaria la revisión de las licencias, el control de buenas prácticas durante el proceso de extracción, transporte e incineración y la puesta en marcha de procedimientos eficaces de medición de la contaminación atmosférica y de partículas tóxicas en el aire, para saber si se sobrepasan los niveles perjudiciales para la salud humana y la biodiversidad.

La cooperación entre las autoridades competentes, empresas y instituciones educativas e investigadoras, ONG y la sociedad civil se ha demostrado un instrumento eficaz para  realizar evaluaciones adecuadas,  establecer  medidas de mitigación y compensación y a la toma de conciencia del sector “de la importancia de la biodiversidad y de la necesidad de incorporar objetivos que ayuden a cambiar la tendencia de declive” destaco Pilar Gegúndez, directora de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Recursos del departamento Industrial de LafargeHolcim España.

Voluntad política

Nadie pone en duda la importancia de la industria extractiva para satisfacer nuestras necesidades y mejorar nuestro bienestar. Lo que está en cuestión es el cambio de modelo de desarrollo que supone un cambio de mentalidad. Pero conseguir los objetivos que nos propone la ONU, los acuerdos de París o la estrategia Europa 2020 no sólo depende de la minería, sino de una apuesta decidida por parte de la sociedad y de voluntad política. “La información científica es clara. La salud y la prosperidad humanas están directamente relacionadas con el estado del medio ambiente ", dijo Joyce Msuya, Directora Ejecutiva Interina de ONU Medio Ambiente. “Este informe construye una perspectiva de la humanidad: nos encontramos en una encrucijada. ¿Continuamos por nuestra ruta actual, que nos llevará a un futuro sombrío, o escogemos el camino del desarrollo sostenible? Esa es la elección que deben hacer nuestros líderes políticos, ahora".

Canteras y biodiversidad, una convivencia posible. I

Canteras y Biodiversidad, una convivencia posible. II

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