Emprendemos la siguiente etapa de este viaje "kilómetro cero" con el propósito de conocer la evolución del paisaje agrícola de Castelló de la Plana a lo largo de las últimas décadas. Compartimos un rato de conversación con Cèsar Roures, Técnico Agrícola de la Cooperativa San Isidro, miembro del Consejo Agrario y gran conocedor de la historia de la Marjaleria castellonense.

Del pasado, al presente y con la mirada orientada hacia el futuro

El paraje de Sant Francesc de la Font, localización escogida para el encuentro, nos permite divisar la alfombra campos de naranjas que rodea la ermita, a pesar de que Roures nos invita a imaginar el aspecto del paisaje en tiempos pasados, cuando el monocultivo de cítricos todavía no predominaba en la Plana.

 Cesar Roures y Oriana Brunori en ll paraje de Sant Francesc de la Font

Originariamente, el paraje donde nos encontramos era un terreno de humedales al borde el mar, pero la desecación de los espacios dedicados al cultivo del arroz, ejecutada en la primera mitad de los años sesenta del pasado siglo, marcó el gran punto de inflexión en la evolución de la Marjalería. Posteriormente, se instauraron los frutales y las hortícolas, cultivos que no pudieron hacer frente a los precios de mercado de sus competidores y por tanto, dejaron a la implantación del cultivo citrícola monovarietal.

Del pasado, al presente y con la mirada orientada hacia el futuro, la actual coyuntura requiere una visión ancha, capaz de aportar soluciones a los problemas propios de un mundo globalizado. El técnico destaca la importancia de impulsar la transición hacia una agricultura sostenible desde el punto de vista ambiental, económico y social: un cambio imprescindible para preservar el pulmón periurbano de Castelló de la Plana.