Life Pinnarca: objetivo salvar la nacra

La semana pasada se presentó en València el proyecto europeo Life Pinnarca, cuyo objetivo es la “Protección y restauración de las poblaciones de Pinna nobilis como respuesta a la catastrófica pandemia iniciada en 2016”, y que supuso la muerte de más del 90 % de su población en los países ribereños mediterráneos. En algunas zonas del 100%. IMEDMAR UCV lidera el proyecto. Entrevistamos al profesor José Tena, coordinador del proyecto.

La semana pasada asistimos en el edificio Veles e Vents de València a la presentación del programa Life Pinnarca, proyecto europeo dedicado a la protección y restauración de las poblaciones de nacra, Pinna nobilis, en el mar Mediterráneo. El título del proyecto Life lo dice todo, “Protección y restauración de las poblaciones de Pinna nobilis como respuesta a la catastrófica pandemia iniciada en 2016”. Ahora que sabemos en carne propia que es una pandemia, podemos imaginar una que acabara con más del 99% de la población en el mediterráneo. En la Comunitat Valenciana el 100%. Esto es lo que ha sucedido en menos de una década con el bivalvo más grande del mediterráneo y segundo del mundo, la nacra. Endémico del mediterráneo, donde vive desde  hace 5 millones de años, es una joya marina gran filtradora de agua que desempeña un papel ecológico importante para las comunidades de especies bénticas diferentes y contribuye al aumento de la biodiversidad local y la calidad del agua.

 Nacra;Pinna nobilis. Foto IMEDMAR

La epizootia   

Desde que se descubriera por primera vez en las costas de Almería la primera nacra muerta por la acción de una nueva especie de parásito, Haplosporidium pinnae, la enfermedad se extendió en menos de 3 años por toda la cuenca mediterránea a lo largo de las costas de España, Francia, Grecia, Chipre, Italia y el norte de África, provocando tasas de mortalidad entre el 80-100% entre las poblaciones. Los científicos marinos que estudiaban el caso se vieron impotentes ante la rapidez de este episodio de mortandad masiva. El profesor José Tena Medialdea, director del Instituto de Investigación IMEDMAR de la Universidad Católica de Valencia y coordinador del proyecto junto a José Rafael Garcia-March, es claro, “las poblaciones en el mar mediterráneo podríamos decir que están en una situación realmente lamentable. De hecho, en aguas abiertas españolas no hay más de 10 ejemplares vivos, cuando antes se podían contar por cientos de miles”.


Desde 2018, el bivalvo está catalogado en peligro crítico de extinción (BOE 17/10/2018) e incluido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA) (Orden TEC/596/2019, de 8 de abril) y en el libro rojo de la UICN de especies amenazadas dentro de la categoría de 'En Peligro Crítico' de extinción. Se estima que el tamaño total de la población ha disminuido más del 95 % en los últimos años  y esta tasa porcentual puede aumentar, ya que los patógenos amenazantes aún están presentes en el medio marino. Este Evento de Mortalidad Masiva (MME) puso en alerta a los científicos marinos europeos sobre esta especie poco estudiada, no fue objeto de investigación en España hasta finales del siglo XX y principios del 2000. Desde entonces se ha progresado mucho, aunque con poca financiación, sobre su biología, su ecología y la propia enfermedad que les afecta. Un protozoo parásito, Haplosporidium pinnae, que sólo afecta a la nacra que libera sus esporas infectando la glándula digestiva, lo que reduce la absorción de alimentos y posiblemente provoque varias disfunciones digestivas, inanición y, en última instancia, la muerte.

Aunque sabemos que H. pinnae tiene el mayor papel como agente causal de MME, estudios recientes apuntan a la existencia de otros patógenos oportunistas como bacterias del género Mycobacterium y otros que apuntan a una enfermedad multifactorial causada por múltiples patógenos coexistentes.


Los santuarios de las nacras

El principal objetivo de LIFE PINNARCA es evitar la extinción de Pinna nobilis a corto-medio plazo mediante la sensibilización y colaboración ciudadana, recopilando la información existente sobre las poblaciones remanentes y desarrollando acciones activas de recuperación. Tras la ampliación del MME, las lagunas protegidas se han convertido en el principal refugio de las poblaciones de nacra (deltas y lagunas marinas costeras), en España únicamente en el Mar Menor y el Delta del Ebro. Lo mismo sucede en todas las costas mediterráneas europeas y norteafricanas, aunque estas últimas menos estudiadas. De esos santuarios seleccionados en toda Europa el proyecto recopilará  toda la información existente sobre las poblaciones restantes y los individuos resistentes para incluirla en una base de datos integrada en la página web de LIFE Pinnarca. Esto proporcionará antecedentes más informados para que otros países planifiquen acciones de mitigación y recuperación, de modo que se pueda fomentar su eficacia y las probabilidades de recuperación de la especie.

Todas las áreas seleccionadas en el proyecto de España, Francia, Italia y Grecia, albergan hábitats apropiados para las poblaciones de Pinna nobilis. Desde sanas praderas de Posidonia oceánica (en todas ellas excepto en las islas Columbretes) hasta bahías cerradas con condiciones hidrodinámicas suaves o lechos arenosos más profundos, con sustrato y condiciones salinas optimas para el mantenimiento de la nacra. Son áreas que albergaban buenas poblaciones de Pinna nobilis antes del MME  y tenían algunas estaciones de monitoreo permanentes por lo que  se dispone de información a priori sobre la especie, la probabilidad de encontrar ejemplares de nacra resistentes y recolectar larvas para su cría en cautividad para repoblar otras zonas adecuadas. En España, gracias a la ciencia ciudadana, se han podido encontrar en zonas aisladas de Cataluña y Baleares ejemplares aislados expuestos a la enfermedad que han logrado sobrevivir gracias a que portan genes altamente resistentes  y que son de suma importancia para la supervivencia de la especie. 

“Lamentablemente, gracias a este evento, estamos consiguiendo muchísima información sobre la biología de esta especie. Se han producido avances muy importantes por ejemplo en reproducción en cautividad. Ya hemos podido reproducirla en cualquier época del año lo cual supone un hito importantísimo. Lógicamente, cuando consigamos reproducirlas en cautividad y si, además, logramos que sean ejemplares resistentes a la enfermedad ,o conseguimos una cura, podremos hablar de repoblar aguas abiertas también”, señala Tena. De momento las áreas seleccionadas son las Islas Columbretes, Tabarca y el Cabo de Nijar en la comunitat Valenciana, el Delta del ebro ( bahía de los Alfacs) en Cataluña, el Mar Menor en Murcia, Golfo de Kalloni en Grecia, Área de Cilento, Punta Campanella e isla de Ischia en Italia y  Brusc Lagoon en Fancia.

  Nacra;Pinna nobilis. Foto IMEDMAR

Otras amenazas

A pesar de estas buenas perspectivas para su reintroducción en estos reservorios, la nacra se encuentra amenazada por otros peligros como el Cambio Climático o la contaminación (altos niveles de eutrofia en lagunas costeras o sistemas semiconfinados). Como señala Tena, “en muchos casos algunos estos reservorios como el Mar Menor se encuentran en una triste situación medioambiental y sometidos a temporales como el Gloria. Esta situación mediombiental no nos puede hacer pensar que la especie está salvada porque tenemos ejemplares en  laguna. Necesitamos buscar más sitios (adecuados para su reintroducción), que la gente lo conozca y más conocimiento de la biología de la especie”.

Por ello uno de los objetivos del proyecto Pinnarca es la concienciación, ya que además de la pandemía de Haplosporidium pinnae, el estado ecológico del mediterraneo y sus praderas de fanerógamas marinas, el cambio climático en términos de mala calidad, calentamiento del agua y aumento del nivel del mar y aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, la nacra se encuentra amenazada por otros peligros de origen antrópico. 

Actividades humanas como obras costeras, dragados, construcción de puertos, contaminación, eutrofización, la práctica de actividades turísticas y recreativas como el surf y kite surf, el amarre y fondeo de embarcaciones en zonas poco profundas siguen teniendo graves consecuencias para P. nobilis. Además, a pesar de su protección, se han recolectado poblaciones ilegalmente de nacra en algunos países del este del Mediterráneo, donde la pesca comercial causó tasas de mortalidad significativas. En algunos paises mediterraneos se considera un manjar culinario. De hecho se conoce su recolección desde la antigüedad. Egipcios y romanos las han recolectado con fines comerciales, utilizando el biso como material textil y la concha por el nacar para hacer botones. Recientemente se ha comercializado como objeto decorativo y se conocen casos de extracción ilegal furtiva de ejemplares sanos.

Proyecto Life Pinnarca

El proyecto Life Pinnarca comenzó en octubre del año pasado y se extenderá hasta diciembre de 2024 y cuenta con un presupuesto total de 2.249.332 €, con una aportación financiera europea de 1.347.894€. Los socios del proyecto de España, Italia, Grecia y Francia son  IMEDMAR-UCV de la Universidad Católica de Valencia, Instituto Español de Oceanografía, Centre Oceanogràfic de Balears, Ecologistas en Acción Región de Murcia, Instituto Oceanográfico Paul Ricard de Francia, Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentaries de la Ràpita, Panepistimio Aigaiou, Universidad del Egeo – Unidad de Investigación de Grecia, Universidad de Alicante y Università degli Studi di Napoli Federico II de Italia. 

Desde el evento de MME se vienen desarrollando proyectos en estos países par conocer la enfermedad que lo provocó y sus posibilidades de recuperación, “con este proyecto lo que vamos  a hacer es globalizar toda esa información y poder ponerla en común y sacar muchísimo más partido a lo que se está haciendo”, asegura Tena.


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