El àguila pescadora vuelve a la Safor y la Marina
Finaliza con éxito la fase experimental de la reintroducción del Águila pescadora (Pandion haliaetus) en la Marjal de Pego-Oliva. Los tres ejemplares ya han migrado al África subsahariana después del proceso de Hacking y dispersión juvenil. Un éxito debido a la colaboración de las administraciones y la sociedad civil que desde un primer momento se han volcado en el proyecto. Samarucdigital ha seguido de cerca todo el proceso de reintroducción.
Marina, Luigi, Quillo y Lulu son los nombres de los 4 pollos de águila pescadora que el pasado julio fueron liberadas en la Muntanyeta Verda en el Parque natural de la Marjal Pego-Oliva. Samarucdigital estuvo presente en la liberación y grabó el proceso de Haking, anillado y colocación de los transmisores GPS para su posterior seguimiento. Dos días emocionantes en los que el equipo de grabación pudo convivir con los responsables del proyecto de reintroducción del águila pescadora en la Comunidad Valenciana, siendo espectadores privilegiados de la pasión y el rigor con el que trabaja el equipo, en un proceso de reintroducción que requiere un protocolo escrupuloso.
Águila pescadora. Foto: Vicent Sancho
El ornitólogo Joan Sala, miembro de Acció Ecologista Agró, y la ambientóloga, Itziar Colodro, llevan años observando el paso migratorio del águila pescadora entre el Cap de San Antoni y la Marjal de Pego Oliva. El impulso de estos dos observadores de aves llevó a los ayuntamientos de Oliva, Pego, Dénia y Xàbia a encargar un proyecto de viabilidad para la reintroducción del águila pescadora como nidificante en el entorno de la Safor y de la Marina Alta. El proyecto de viabilidad aprobado por la Consellería de Transición Ecológica cumple con todos los criterios de viabilidad marcados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y está asesorado por la Fundación Migres, responsable del éxito de la reintroducción del águila pescadora en Andalucía.
Recuperar el águila pescadora cono nidificante a nivel estatal
El objetivo del proyecto, que ha superado con éxito la fase experimental, es la recuperación del águila pescadora como nidificante en la Comunidad Valenciana y servir, por su posición geoestratégica, de conexión genética entre las poblaciones de Baleares y Andalucía para consolidar la especie como reproductora en la España peninsular. De hecho, dos de los pollos soltados en junio en la Marjal de Pego-Oliva proceden de la población balear y dos de la andaluza.
El águila pescadora dejó de nidificar en la península ibérica en los años 80 debido a la persecución directa por el hombre, el coleccionismo, el fracaso reproductivo por la acumulación de pesticidas como el DDT, DDE, PCB y las molestias de la urbanización de la costa para el turismo masivo. Se extinguió como nidificante en toda la península Ibérica, y las islas de Ibiza, Formentera, La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura. Afortunadamente estas circunstancias adversas ya son historia, según Joan Sala, y se dan las condiciones idóneas para el desarrollo del proyecto.
El águila pescadora, un ave emblemática de zonas acuáticas y costeras, se alimenta exclusivamente de peces, tanto de aguas dulces, saladas o salobres. No es muy exquisita seleccionando el hábitat. Se encuentra tanto en sistemas acuáticos continentales, como en zonas marinas de costa de aguas tranquilas, en lagos, ríos, embalses, pantanos, estuarios, bahías, marismas, albuferas, etc, siempre que dispongan de abundancia de presas y un lugar elevado para construir su nido. Unas condiciones como las que ofrece la costa de La Safor y La Marina Alta que, además, cuenta con marjales al norte y al sur en el litoral valenciano, que hacen que el hábitat sea muy adecuado para la viabilidad a largo plazo del proyecto.
El Hacking
El método más eficaz para la reintroducción de rapaces territoriales con un marcado instinto filopátrico como el águila pescadora es el método hacking, también llamado crianza campestre. El método de Hacking consiste en instalar los pollos de la especie que se quiere reintroducir en un nido artificial en el lugar donde se desea establecer la población, a una edad en que los pollos sean capaces de alimentarse por sí solos, pero que aún no sean capaces de volar. En ese sentido, la elección de la Muntanyeta Verda en la Marjal de Pego-Oliva como lugar de ubicación de los jaulones es ideal, ya que cuenta con las infraestructuras del centro de interpretación del Parque Natural y con unas vistas fantásticas que abarcan desde la Marjal de Pego-Oliva hasta el Montgó. Como dice Carlos Torralvo, técnico de campo de la Fundación Migres encargado del proceso de hacking, se trata de engañar a las aves y hacerlas creer que han nacido en la zona. El fuerte carácter filopátrico de la pescadora hace que el 76% de los individuos críen por primera vez a menos de 125 kilómetros de su lugar de nacimiento.
La sociedad civil se vuelca en el proyecto
Un aspecto muy positivo en un proyecto de reintroducción como este es el apoyo positivo de la sociedad que lo tiene que asumir. En ese sentido, tanto los cuatro ayuntamientos, como la sociedad civil de La Safor y La Marina alta, han apoyado firmemente el proyecto. Las Cofradías de pescadores de Xàbia y de Dénia han aportado el alimento necesario para llevar a cabo el proyecto en su fase experimental. La Federación de caza ha realizado charlas entre sus asociados para dar a conocer la especie y apoyar su reintroducción. Iberdrola ha corregido y eliminado torres y tendidos eléctricos. La Fundación Terra Natura ha aportado los voluntarios encargados del cuidado de los pollos durante la fase de hacking. Joan Sala aprecia un cambio positivo en la concienciación medioambiental de la administración y de la sociedad civil en general.
Suelta y seguimiento GPS
El día antes de la suelta se le instalan a las aves los transmisores GPS que permitirán su seguimiento a lo largo de su vida. Gracias a esta tecnología los responsables del proyecto sabrán cual es su posición en todo momento y podrán estudiar sus comportamientos de dispersión juvenil, su migración, ayudarles en caso de dificultades o concretar la causa de la muerte natural o accidental si ocurriera.
Tras 24 días en los Jaulones, el julio pasado se liberaron los 4 ejemplares que, con mayor y menor fortuna, han cumplido las expectativas. Ya en libertad, las águilas frecuentan la zona del hacking y los cebaderos, a los que acuden puntualmente a por comida por la mañana y por la tarde, pero pronto comienzan sus desplazamientos de dispersión juvenil.
Foto: Jorge García Polop
Marina, el águila más precoz y activa, comienza en agosto a hacer los primeros vuelos largos hacia la Cala de la Granadella, al Embalse de Bellús y al Parc Natural de l’Albufera. A mediados de agosto recorre casi 600 km hacia el sur y alcanza Cartagena y Lorca, antes de girar hacia el norte, sobrevolando Albacete para regresar después a Pego. En septiembre viaja al norte llegando al embalse de Sitjar, en Onda (Castellón) para volver al P.N. de l’Albufera donde permanece desde entonces.
Luigi ha resultado el más viajero. Después de los primeros días volando alrededor de la zona del hacking, vuela hacia el norte. Durante 11 días recorre 1.600 km, bordeando la costa mediterránea, hasta llegar al sur de Francia, cerca de Toulouse. Cruza los Pirineos para volver a la Marjal de Pego-Oliva. El 1 de septiembre emprende su migración hacia África, cruzando el estrecho de Gibraltar, el sur de Marruecos, Sáhara Occidental y desierto de Mauritania hasta llegar a Senegal, donde permanece desde entonces en las inmediaciones del lago de Guier, en la región de Sant-Louis.
Foto: Jorge García Polop
Quillo tuvo problemas durante los primeros días de vuelo y en agosto fue rescatado de entre los carrizos del marjal en tres ocasiones, según parece por haber caído tras realizar intentos de pesca. El 23 de septiembre inicia su migración hacia África pero, a diferencia de la ruta de Luigi, Quillo no llega a Gibraltar, sino que cruza el Mediterráneo desde Almería. Sobrevuela el mar de Alborán llegando a Marruecos, cerca de Alhucemas. Finalmente vuela hacia el sur hasta las proximidades de Taza, donde perdemos su pista hasta el momento.
Lulu es, sin duda, el águila que más quebraderos de cabeza ha dado a los cuidadores. Los primeros días tuvo que ser rescatada en varias ocasiones en medio del matorral, en el carrizo o en el agua. Más tarde fue ingresada en el Centro de Recuperación de fauna de Santa Faz, en Alicante durante 20 días. Tras varios incidentes, incluida la DANA, Lulu emprendió la migración la primera semana de octubre y ya se encuentra en África.
Foto: Vicent Sancho
Un proyecto a largo plazo
Ahora comienza un periodo de incertidumbre, ya que Marina, Luigi, Quillo y Lulu pasarán 1 o 2 años en África antes de volver a La Safor y La Marina alta, y de 3 a 5 para asentarse como reproductoras en la zona. Pero el éxito de esta fase ha servido para validar las condiciones del hábitat, engranar el equipo humano de reintroducción y la buena disposición de la sociedad para acogerlas y protegerlas en la zona. La siguiente fase, reproduciendo el éxito de la experiencia de Migres en Andalucía, sería soltar 20 pollos al año provenientes de las poblaciones de Baleares y Andalucía, ya que sólo el 30% de las águilas llegarán a reproductoras. Con éxito, pueden superar los 20 años de vida y permanecerán fieles a su pareja y nido a lo largo de toda su vida.
Los Beneficios para la Marina Alta
Proyectos como el de la reintroducción del águila pescadora en el litoral valenciano son proyectos positivos, que provocan una reacción activa en la sociedad y son una herramienta eficaz para la sensibilización y para la conservación de la biodiversidad. Mantener los kilómetros de costa virgen entre la Safor y la Marina Alta reportará beneficios indiscutibles a la zona tanto ambientales como económicos, fomentando un turismo como el ornitológico, más respetuosos con el medio que el masivo de sol y playa. Contemplar esta magnífica rapaz es un espectáculo que, según Joan Sala ya reporta grandes cantidades en otros países que han reintroducido el águila como Escocia.