Los temporales de diciembre han convertido en húmedo un año de sequía
Los últimos temporales de finales de otoño han elevado la media de precipitaciones del año, hasta el punto de que 2016 ha dejado de ser un año de sequía en la geografía valenciana. El fenómeno de precipitaciones intensas y concentradas es más habitual a principios de la estación que acabamos de dejar. Las previsiones anuncian un invierno más cálido y húmedo en la línea de les dos años anteriores, con un nuevo registro record de temperaturas.
Hacía muchos años que el río Segura no se desbordaba a su paso por Orihuela o el Clariano en Ontinyent. El Palancia y el Mijares han llenado sus embalses, barranco llenos, fuentes rebosando, humedales y acuíferos cargados, son algunos efectos medioambientales del último temporal del otoño de 2016, un año de sequía que muy probablemente terminará con estadísticas de un buen estado hídrico respecto a los 11 meses anteriores. No obstante los embalses de la cuenca del Júcar continúan en conjunto alrededor del 30% de capacidad.
Ha sido un fenómeno "poco frecuente en diciembre, extraordinario en esta época" según los registros explica a Samarucdigital el jefe de climatología de AEMET, José Ángel Núñez, que evidencia que los episodios de precipitaciones muy intensas y localizadas son habituales entre septiembre y principios de noviembre como muy tarde, pero no cuando estaba a punto de terminar el otoño. El científico explica que el temporal, fruto de la variabilidad meteorológica, no se puede relacionar con el cambio climático, para hacerlo sería necesario el estudio de series mucho más largas de precipitaciones de las disponibles hasta la actualidad. No obstante, Nuñez recuerda que en el caso de las temperaturas sí "estamos seguros" de los efectos del calentamiento global, y explica cómo se suceden las olas de calor fuera de temporada en los últimos años, con meses como mayo o septiembre mucho más cálidos de lo habitual.
Respecto al último mes de 2016, resulta que es el segundo diciembre más lluvioso en la ciudad de Valencia desde que se tienen registros, en 1894, sólo superado por el mismo mes de 1989 según AEMET. En relación a toda la geografía valenciana es el segundo diciembre con más lluvias de la serie de registros desde 1950. Según el observatorio de la ciudad de Valencia, 2016 ha pasado de ser un año con un déficit hídrico del 50% a tener un superávit del 15%. Para poblaciones destacan en cuatro días de temporal los más de 600 litros / m2 de Lorcha, o los 434 de Beniarrés en la comarca del Comtat.
El meteorólogo Jordi Payà, responsable del portal Oratgenet, nos recuerda que 2004 también se produjo un episodio que dejó hasta 651 litros / m2 en Vall de la Gallinera, 597 en Facheca o 553 en Fontilles en otro episodio de 4 días en diciembre. El temporal de Levante, con vientos que se cargan de humedad en su largo camino marítimo, se enfrenta con una franja de montañas perpendiculares a la costa que propicia la precipitación intensa.
Urbanización de la Casbah, el Saler. Foto: @Alvolai
Daños personales
Las intensas precipitaciones caídas de manera muy concentrada están en el origen de los cuatro muertos producidos en Finestrat, Castellón, Xàtiva y Enguera debido a la crecida de barrancos y ramblas, que como recuerdan los servicios de emergencia constantemente no se pueden cruzar en situaciones de lluvias torrenciales. El temporal también ha obligado al desalojo de viviendas en varias poblaciones. Como explicaba en otro reportaje de Samarucdigital el científico Millán Millán, director emérito del CEAM, la alteración de los usos del suelo con la urbanización de los cursos para tarde o temprano vuelve a pasar el agua acaba provocando situaciones de peligro entre la población.
Urbanització de la Casbah, al Saler. Foto: @Alvolai