Los Molinos de Alborache

Viajamos hasta la Hoya de Buñol para conocer la actividad humana que, a finales del siglo XIX, se generó en torno a los ríos. Concretamente recorreremos el sendero de la Ruta de los Molinos de Alborache, con una longitud aproximada de 2 kilómetros. Iniciamos la ruta desde el Albergue Rural Actio a fin de descubrir los molinos, los azudes y la vegetación de ribera que encontramos en un cómodo recorrido lineal que discurre paralelo al río Buñol. La vuelta, la haremos por el mismo sendero.

Nuestros anfitriones del día son dos apasionados excursionistas, Carlos Ferrís y Salvador Blanco, que acaban de publicar el libro "Rutas azules. Paseos por los paisajes del agua de la provincia de Valencia". Precisamente esta es una de las rutas que podemos encontrar en esta guía senderista.

Caminamos por el borde del río, entre la siempre exuberante vegetación de ribera, hasta que encontramos el Molino de Guarro. Aquí nos desviamos para entender la importancia que tuvo el agua en el desarrollo de la comarca. Del antiguo molino sólo quedan los escombros, así como el recuerdo de lo que fue: un generador de electricidad para los habitantes de la zona. La turbina abastecía Cheste de energía eléctrica en horas nocturnas, mientras que durante el día lo hacía a una papelera de Buñol.

Agua nítida

La siguiente parada es "El charco azul", un manantial de agua nítida que asimismo es un lugar de encuentro de los habitantes de Alborache los días de Pascua. Tras observar esta fuente de agua, siguiendo la ribera del río Buñol hasta que encontramos un azud que, durante años, sirvió también como motor de energía. El sistema de canalización del río lo hizo posible.

El bosque de ribera del río Buñol se caracteriza por estar formado sobre todo por chopos destinados a la madera, los cuales se plantaban antiguamente como una forma de aprovechamiento económico. Junto a ellos han proliferado otros árboles de ribera como sauces, olmos o fresnos. También encontramos granados aislados que ofrecen sus frutos en esta época del año.

Edificio bioclimático

Al llegar a un largo puente de madera que cruza el río Buñol, rehacemos el camino hasta llegar al punto de partida. Antes de dejar Alborache, queremos conocer el trabajo de educación ambiental que desde hace más de 10 años se realiza en el . El edificio, además de estar construido con materiales ecológicos, está pensado para ser eficiente energéticamente gracias a su concepción bioclimática. Una muestra más de que las construcciones que encontramos rodeadas de naturaleza, al igual que los antiguos molinos, pueden ser respetuosas con el medio ambiente.


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