El narciso valenciano
El botánico Lluís Serra inicia una colaboración con SamarucDigital para describir detalles, historietas y curiosidades de todo tipo sobre plantas. Para empezar a escogido el narciso valenciano o flor de la estrella, especie de apariencia humilde pero que como vemos esconde una diversa vida oculta.
Si bien esta planta no vamos a verla hasta el verano en flor, ahora es el momento de localizarla por sus hojas, inconfundibles, como veremos al leer el texto, y así sabremos dónde volver este verano para verla en flor.
El narciso valenciano o flor de la estrella (Lapiedra martinezii) es una planta bulbosa de hasta 35 cm de altura, completamente glabra, es decir, sin pelos. Su bulbo es bastante grande, entre 2,6 y 6,5 cm de ancho, globoso, de un castaño intenso, que se alarga en una vaina de hasta 7 cm del mismo color. La inflorescencia es de 9 a 30 cm de altura. Presenta normalmente 2-3 (5) hojas, a menudo de hasta 20 cm de largas y 1,5 cm de anchas. Son lineares y redondeadas en el ápice, con una línea blanca característica en el centro, desde la base hasta el ápice. Presenta habitualmente entre 4 y 10 flores, con tépalos de hasta 1,5 cm de largo y 4 mm de ancho, lanceolado, blancos con una banda verde por el reverso. Con 6 estambres más cortos que los tépalos (sumatorio de sépalos y pétalos cuando todos ellos son del mismo color).
El fruto es en forma de cápsula, subglobosa y de hasta 0,8 cm. Las plantas florecen sin hojas, que comienzan su desarrollo tras la fructificación. El periodo de floración es veraniego, entre agosto y octubre.
Investigadoras maltratadas
En cuanto a su nombre científico es una cuestión muy interesante, ya que se trata de un género monoespecífico, que dedicó el botánico Mariano Lagasca a la gaditana Dª María Josefa Lapiedra Martínez, nacida en 1775, interesada en la botánica de sus tierras , y que había encontrado algunas plantas nuevas. Un hecho muy valioso en un país que maltrataba, y aún lo hace, a los investigadores, sobre todo en las mujeres. Mariano Lagasca (1773-1839) mantenía un epistolario (cuando todavía se escribían cartas) sobre botánica con María Josefa.
Lagasca fue director del entre 1814 y 1823, año en el que tuvo que exiliarse debido a la nefasta política de Fernando VII. Si volvemos a la figura de María Josefa, tenía no sólo con relación a Lagasca sino también con otros botánicos de la época tales como Simón de Rojas Clemente o Esteban y Claudio Boutelou, el primero de ellos valenciano y Claudio Boutelou que inició la construcción de un jardín botánico en Alicante, donde se estableció entre 1816 y 1819. Finalmente debemos decir que Josefa Lapiedra tradujo en 1821 una Memoria sobre el cultivo del tabaco escrita en francés para monsieur Sarrasin y que dedicó a Mariano Lagasca.
El nombre valenciano (“narcisset valencià”) se debe a que pertenece a la familia de las amarilidàcies, la familia de los narcisos.
Lluís Serra, botànic.
Una planta de rocallas
Es una planta característica de los rocallas, tanto verticales como subhorizontales, grietas de rocas e incluso de pastizales o claros de espartizal, en nuestras comarcas sólo en las solanas, pero en las tierras semiáridas vive también en las umbrías. Aparece en el mediterráneo Sur-Occidental, en el litoral ibérico, desde Castellón hasta Málaga y al NW de África -cuesta oriental del Rif-.
Las primeras citas en las tierras alicantinas son de los años 50 del siglo pasado, en las zonas próximas de Elche y Alicante, donde se encuentra de forma abundante, siempre en las zonas termófilas. En las comarcas de interior es muy escasa pero la podemos encontrar en algunas sierras de Villena y, incluso, en la solana de la sierra Mariola.
El narcisset valencià (Lapiedra Martinezii). Foto: Lluís Serra