El futuro de nuestras playas

Proyecto de extracción de arenas en aguas profundas de Valencia y transporte para alimentación de playas y la ampliación del puerto de València son proyectos que apoyan nuestros políticos que agravan la erosión marina, poniendo en peligro la Albufera de València, y pasan por alto las recomendaciones internacionales y sobre todo el Sexto Informe de Evaluación del IPCC.

Año tras año asistimos a la liturgia de la recarga de arena de las playas y con ella a la polémica ¿Es efectivo ese método de conservar o “regenerar” las playas, o es un gasto baldío en las actuales condiciones de emergencia climática? No es la primera vez que tratamos este tema en Samarucdigital. Ya en 2017 la periodista Xelo Gimeno titulaba un artículo “El castigo de Sísifo en las playas valencianas”, haciendo referencia al atribulado mito griego Sisifo, astuto fundador de Corinto, que fue condenado por los Dioses por obtener beneficios más allá de la ética. El castigo consistía en ser cegado y a empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre y así indefinidamente.  La metáfora es clara, “poner arena para recuperar las playas que el mar se lleva cada temporal. Año tras año. Hacer y deshacer”, como castigo a lo que le hombre ha hecho, con conocimiento o sin él, a nuestras costas en el pasado, del que no aprendemos en el presente.


Un año más la polémica está servida y los grupos ecologistas rechazan este sistema mal llamado de regeneración de las playas. Dos notas de prensa de los colectivos integrados en la Comissió Ciutat Port, llegadas a nuestra redacción, vuelven a incidir en el rechazo a esta forma de actuar de la administración. Por un lado las alegaciones que estos colectivos han hecho al projecto de extracción de arenas en Cullera y, por otro, la acción coordinada por la Comissío, Marfull y el fotoperiodista David Segarra para denunciar la influència de las ampliaciones del puerto de Valencia sobre la regresión de las playas del Saler. 

Proyecto de extracción de arenas en aguas profundas de Valencia y transporte para alimentación de playas y de su estudio de impacto ambiental

Se trata de un macroproyecto de la Dirección General de la Costa i el Mar, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que consiste en la extracción de 12,4 millones de metros cúbicos de arena en aguas profundas en frente de Cullera, para recargar 16 playas o tramos de playas de València y Alicante, desde Sagunto a Pilar de la Horadada. La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable  de este mismo proyecto en 2013 está caducada según la actual legislación ambiental, y la administración lo somete a información pública de nuevo mediante su publicación en el BOE el 29 de Julio. El macroproyecto cuenta con un importe de 1.147 millones de euros y un periodo de ejecución de 10 años.

Los ecologista detectan numerosas deficiencias medioambientales en el proyecto y  denuncian los impactos ambientales y socioeconómicos de este tipo de intervenciones que, sin ninguna evidencia científica se contemplan como la única solución posible a la regresión, cada vez más acentuada, de la costa Mediterránea “Estamos ante unas actuaciones realmente ineficaces, cortoplacista y sin ninguna perspectiva de futuro, que requieren grandes inversiones y sacrificios dentro del tejido socioeconómico que no podemos asumir ni permitirnos en el contexto de emergencia climática en que nos encontramos. Y esto es el que hemos querido exponer en las 11 alegaciones presentadas recientemente”. Por ello piden al ministerio la retirada del proyecto y la paralización de cualquier actuación que pueda hipotecar una actuación global de largo alcance. 

Los ecologistas destacan deficiencias ambientales como que “las rutas para el depósito del material no contemplan los efectos negativos que se puedan desencadenar en zonas de la Red Natura 2000. Tampoco se han evaluado correctamente las afecciones sobre especies protegidas como la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), otras aves marinas y cetáceos presentes regularmente en la zona. El proyecto no tiene en cuenta acuerdos internacionales como el Protocolo de Gestión Integrada de las Zonas Costeras del Mediterráneo ni establece seguimientos a largo plazo, tan necesarios para este tipo de megaintervenciones”.

Entre los perjuicios socioeconómicos destacan que el proyecto atenta contra la soberanía alimentaria ya que supone un gran perjuicio a la pesca tradicional. Como admite el mismo proyecto, se destruirán los caladeros de pesca más importantes de la Cofradía de Pescadores de Cullera, que ya ha valorado en un 50% la perdida de ingresos. Para los ecologistas , en el proyecto se considera la pesca “como una actividad residual, que supone una clara declaración de intenciones: la costa como espacio de sol y playa, por encima de todo”.

El Puerto y la regresión de las playas del sur

No es la primera vez que en Samarucdigital hablamos de la regresión de las playas del Saler debido a la ampliación norte del Puerto de Valencia. Esto es lo que han intentado visualizar las más de 200 plataformas y colectivos diferentes que forman la Comissió Ciutat-Port en una acción coordinada por el fotoperiodista David Segarra. Ha consistido a disponer una hilera de gente dentro del agua, para representar por donde iba la línea de playa recientemente. 

“Las últimas ampliaciones del puerto de València han ido produciendo un efecto barrera de las corrientes marinas que discurren de norte a sur y van depositando sedimentos de manera natural en nuestras playas. Como consecuencia, las ubicadas en el sur han sufrido una regresión incuestionable que, además de percibirse visualmente, está cuantificada por numerosos estudios científicos. De hecho, en términos generales, apuntan al hecho que en los últimos 60 años, han perdido más de 50 metros de franja arenosa. No tiene ningún sentido que continuamos con las aportaciones de arena conociendo la temporalidad de estas actuaciones, menos cuando el coste a asumir no solo es desproporcionado a nivel económico, sino también ambientalmente, en cuanto a la degradación de los fondos marinos y su biodiversidad. La mejor manera de solucionar los problemas es evitándolos.”.

 Ampliación norte del puerto de Valencia. Foto: Álvaro Olavarría

Arena, turismo de sol y playa y la codicia de beneficios a corto plazo

Desde hace muchos años, la comunidad científica internacional nos lleva advirtiendo del impacto que el cambio climático tendrá sobre las costas mediterráneas agravado por el mal uso del suelo. Entre las más vulnerables y de mayor impacto potencial se pueden destacar los humedales y las playas confinadas, la mayoría de ellas por construcciones artificiales como espigones o puertos, que limitan su dinámica de aportes de sedimentos de manera natural. En general se trata de zonas ampliamente pobladas (más del 60% de la población vive en las costas) con gran desarrollo turístico que prácticamente se mantiene a lo largo de todo el año y que, además, presentan un alto valor ecológico. 

Un mal uso del suelo que en España comenzó en el desarrollismo económico de los años 60 del pasado siglo y un modelo económico basado en el ladrillo y el turismo de sol y playa. Posiblemente en ese momento no se tuviera consciencia del problema ambiental que supone este forma de actuar, pero lo que no es de recibo es que ahora sigamos actuando igual. Quizás este último año sea paradigmático para reconocer que la base científica tenia razón. No hay cabida al negacionismo. La única solución es la adaptación a las nuevas condiciones climáticas (subida del mar, sequía, y fenómenos climáticos extremos) basada en la naturaleza e intentar evitar que el problema se acentúe como consecuencia de la acción antrópica.

Según todos los organismos internacionales de referencia en cuestiión de cambio climático, la región mediterránea, y España en particular, están expuestos y son muy vulnerables a la acción del calentamiento global. Las costas sufren una gran erosión, en algunos casos irreversibles, y el 90% de los humedales del mundo han desaparecido, según datos de la Convención Ramsar. En España,, según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), se estima que durante los últimos 60 años ha desaparecido aproximadamente un 60% de su superficie original de estos ecosistemas debido a la acción humana: la agricultura intensiva, el desarrollo industrial, los cambios hidrológicos artificiales y la degradación por medio de la explotación excesiva. Y otros están en estado lamentable e irreversible como Doñana y el Mar Menor. 

Según MITECO, “la mayor parte de las zonas afectadas por erosión acelerada se debe a la construcción de puertos que interrumpen la deriva litoral, agravada por la edificación de urbanizaciones e infraestructuras y las frecuentes estructuras de defensa de costa que se les suelen asociar. En algunos casos ello ha supuesto la erosión de la franja arenosa que separaba humedales costeros del mar, como entre Puçol y Massalfasar debido al puerto de Sagunto la restinga de la Albufera entre Valencia y Cullera por el puerto de Valencia y el cordón de cierre de la laguna de Santa Pola por el puerto de Santa Pola (Alicante)”. 

Entonces ¿Por qué elaboramos proyectos como la ampliación del puerto de València, que pone en riesgo uno de los más importantes sumideros de CO2 (humedales y océanos), claves para mantener la temperatura por debajo de los 2 grados centígrados? Pues sin duda para mantener uno de los motores del desarrollo económico español. El turismo de Sol y Playa. Un planteamiento político miope y cortoplacista de nuestros políticos, ya que el turismo masificado en las costas y cambio climático se retroalimentan (erosión de las costas, sobre explotación de los recursos –energía y agua,- y la gran cantidad de residuos que genera).  No podemos olvidar que el sector turístico en la Comunitat Valenciana representa el 15,5 % del PIB y el 15,9% del empleo. Esto significa hacer real el sueño de Zaplana de convertir la Comunitat Valenciana en la Florida de Europa. 

 Playa del Saler después de la DAN Gloria. Foto: Samarucdigital

Medidas de Adaptación

El Sexto Informe de Evaluación dedicado a los impactos, la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) nos indica que el cambio climático ha causado ya impactos sustanciales, cada vez más irreversibles, en ecosistemas terrestres, de agua dulce y marinos. Para este organismo dependiente de la ONU, las medidas de adaptación adoptadas son insuficientes o han llegado tarde y advierte: “Si se pospone la toma de medidas globales conjuntas y preventivas en materia de adaptación y mitigación, perderemos la pequeña oportunidad que tenemos para garantizar un futuro habitable y sostenible para todo el mundo, y esta ventana para actuar se cerrará pronto”. Y nos da una fecha límite el 2040.

Para la comunidad científica, para llevar a cabo un desarrollo justo y resiliente la adaptación efectiva se basa en los ecosistemas, como el reverdecimiento urbano y la protección y restauración de los sistemas fluviales naturales, los humedales y los ecosistemas forestales situados aguas arriba, o las áreas marinas protegidas, que reducen una serie de riesgos del cambio climático para las personas, la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas con múltiples beneficios colaterales. 

Por todo lo dicho, estos dos proyectos son claramente insostenibles y agravan la situación. El puerto provoca la erosión marina de las playas del sur y pondrá en riesgo la Albufera de Valencia, a no ser que gastemos cada año ingentes cantidades de dinero en recargar las playas de arena para nada, porque se las llevarán los temporales, pero además pondrán en riesgo sistemas productivos tradicionales como los campos de arroz y la pesca tradicional. Nuestros políticos tiene identificado el problema pero miran a otro lado o enmascaran sus decisiones con eufemismos para maximizar los beneficios a corto plazo. Todo ello en pos de un sistema productivo basado en el crecimiento infinito y en la explotación ilimitada de un planeta finito. 

Documentació 
Artículos relacionados 

Etiquetas