Son los mayores habitantes del mar, pero su vida sigue siendo un misterio por muchas razones. Estudiar y divulgar el mundo de esos animales es el objetivo de la Sociedad Española de Cetáceos, que ha celebrado su X congreso en Valencia, donde precisamente se fundó en 1999. El presidente de la entidad, Camilo Saavedra, destaca que el encuentro, que ha reunido 170 expertos, es una buena oportunidad para compartir experiencias e investigaciones. Saavedra, que trabaja en el Instituto de Española de Oceanografía en Vigo, ha participado en 2017 en un ambicioso proyecto de observación de cetáceos en el Atlántico europeo y el Cantábrico, desde el estrecho de Gibraltar hasta Noruega, durante seis semanas con la ayuda de embarcaciones y avionetas. El censo ha permitido detectar más de un millón y medio de ejemplares de 8 especies diferentes. La mayor parte de ellos son de delfín común oceánico (Delphinus delphis), delfines de otras especies y también calderones, rorcual común (Balaenoptera physaluso) o cachalote (Physeter macrocephalus). Esa valiosa información ayuda a determinar la biodiversidad marina para evaluar su estado de conservación.

En los últimos años el rorcual común, la segunda ballena más grande del mundo, se observa cada vez más cerca de la costa en puntos como la reserva marina del cabo de San Antonio, entre Xàbia y Dénia. Todo indica que sus costumbres y rutas están cambiando como ya ha contado Samarucdigital en otros reportajes. Los investigadores no pueden confirmar el motivo, pero todo indica que podría estar relacionado en un desplazamiento del krill, el crustáceo que es la base de la alimentación de esta gran ballena, afectado por el cambio climático.

Los enigmas de los zifios

En el congreso han participado algunos de los mayores expertos mundiales en zifios, la familia de cetáceos más desconocida y enigmática del mundo. Algunas de sus poblaciones residen alrededor las Islas Canarias, donde los estudian Natacha Aguilar, de la Universidad de La Laguna en Tenerife, y Manuel Arbelo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En la última década se han descrito tres nuevas especies de estos cetáceos, que son las principales víctimas de los sonares militares. El equipo donde colaboran Natacha Aguilar y Manuel Arbelo descubrió que la causa de esa mortalidad está en el comportamiento buceador de estos animales, que se pueden sumergir a más de 3000 metros de profundidad a gran velocidad, como estrategia defensiva para evitar el ataque de las orcas, su principal depredador. Los zifios confunden los sonido de los sonares con sus atacantes e inician rápidas maniobras de evasión en dirección a la superficie, un comportamiento que les provoca problemas de descompresión y la muerte. Desde hace años ese tipo de sonares están prohibidos en Canarias, pero siguen utilizándose en otras partes del mundo.

Tortugas Oceanógrafas

La organización del congreso, en la que ha colaborado la Universitat de Valencia, el Oceanográfic y la Generalitat Valenciana, ha incorporado en las sesiones de trabajo a las tortugas, ante la abundancia de proyectos y el destacado valor en la divulgación marina que han adquirido en los últimos años. Uno de los estudios más innovadores es el proyecto Tortugas Oceanógrafas, que básicamente consiste en instalar sensores en los animales y hacer un seguimiento de sus desplazamientos con ayuda de drones submarinos. La investigación permite estudiar el comportamiento de las tortugas, cómo se alimentan y donde van, pero también aporta abundante y valiosa información sobre componentes físicos y químicos del agua y otros datos de valor oceanográfico, que de otra manera sería muy costoso y difícil conseguir, como explica David March, del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares.

En las últimas décadas se ha incrementado de manera importante la nidificación de tortugas marinas en la costa mediterránea occidental, desde Andalucía hasta Cataluña. En 2017 se han producido varios intentos que no han fructificado por varias razones, pero sobre todo por la presión de los curiosos que quieren observar de cerca cómo los animales depositan sus huevos en la arena. En el litoral valenciano cuatro tortugas boba (Caretta caretta) han criado con éxito desde 2006 hasta 2016. Los investigadores piensan que este incremento de la nidificación de tortugas en esta parte del mundo puede estar relacionado con la mayor ocupación del litoral durante todo el día y buen parte de la noche en verano, una situación que hace más fácil detectarlas. La mejor respuesta es llama al 112, para que se active un protocolo de rescate y vigilancia.

Una nueva colonización de tortugas

Las tortugas habitualmente vuelven a hacer la puesta en la misma zona donde nacieron pero los investigadores estudian otras hipótesis. Muchos de ellos piensan que los últimos casos pueden suponer un cambio de ruta de tortugas que podrían estar llegando a las costas del Mediterráneo procedentes del Atlántico, como ha ocurrido otras veces en la larga historia del planeta. Según esas proyecciones, podrían haber atravesado el Estrecho de Gibraltar impulsadas por corrientes superficiales que les impiden volver atrás. Si además se trata de hembras adultas que llevan huevos y divisan una playa en condiciones, es fácil que se decidan a colonizar nuevos territorios.

Dentro del congreso se ha expuesto el trabajo de varias asociaciones que colaboran con el estudio, observación y conservación de tortugas y cetáceos. Una de ellas es Xaloc, que organiza y participa en varias campañas destinadas a la detección de tortugas marinas en las playas y su comunicación al teléfono 112. Los voluntarios han sido decisivos a la hora de, por ejemplo, mantener vigilados los nidos de tortugas instalados en la playa.

Durante el congreso los representantes de Xaloc han presentado sus campañas, que incluyen varios vídeos comunicativos. Dentro de la sesión dedicada a las proyecciones audiovisuales, Samarucdigital también ha presentado a los participantes el reportaje Los Gigantes del Mar sobre la observación de cetáceos frente a las costas de Dénia, una ciudad que está elaborando varios proyectos para potenciar la participación ciudadana en la detección de los mamíferos marinos y otras especies.