El pasado 12 de Septiembre se celebró en las Islas Feroe, Dinamarca, el Grindadràp, una cacería masiva de mamíferos marinos, una tradición centenaria que tiene sus orígenes en los tiempos de los Vikingos. Pero este año, el espectáculo macabro se cobró más cetáceos que nunca. Más de 1.400 delfines y ballenas piloto, también llamados calderones, incluidas madres embarazadas y crías, fueron sacrificados en las Islas (la siguiente más grande fue de 1200 ballenas en 1940). El espectáculo fue tan hiriente que hasta los lugareños quedaron espantados. 

Las imágenes de los activistas de  Sea Shepherd, un movimiento internacional de conservación de los océanos de acción directa, son hirientes e indignaron al mundo entero y a los ecologistas en particular. Los ecologistas calculan que esta única caza podrían haber matado hasta el 10% de la población regional de delfines del Atlántico. Un absurdo, para los ecologistas ya que la carne de delfín es potencialmente tóxica, por lo que gran parte de la carne se desperdicia.

Ahora distintas organizaciones ecologistas lanzan esta campaña para impedir se se vuelva a producir. “Con un millón de voces, presionaríamos enormemente al Primer Ministro (Bárður á Steig Nielsen) para una moratoria urgente y una revisión científica completa”. Se llevan recogidas ya más de 800.000 firmas y en redes, la crueldad de las imágenes, crean una gran indignación convertida en viralidad.

Una tradición centenaria

Las islas Feroe tienen una gran tradición de caza de cetáceos, sobre todo ballenas, y forma parte de su cultura alimentaria. Cientos de ellos mueren todos los años. Los pescadores los acorralan en una bahía y en la costa les esperan a cuchillo y garrotes hombres que acaban con sus vidas de la manera más cruel o se asfixian en la arena. Sea Shepherd calcula que, en los últimos 10 años, 6.500 ballenas y delfines han perdido la vida en favor de mantener esta práctica cultural, y 2021 tiene la escalofriante cifra 2043 cetáceos muertos. Tan sólo dos meses antes de la matanza de delfines, la misma tradición cultural de las islas danesas se cobró la vida de 175 ballenas piloto y tiñó el mar de rojo, como se aprecia en las imágenes que la organización distribuyó en redes sociales. En total se han realizado en lo que va de año 4 Grindadràp. Pero la matanza de septiembre fue tan brutal que hasta causo repulsa y críticas en los medios de comunicación de las Islas Feroe e, incluso, de muchos balleneros y políticos de las Islas Feroe.

Las autoridades locales de la isla, ante la evidencia, justifican estas matanzas en la tradición y argumentan que se trata de una práctica de caza sostenible y de proximidad ya que la carne de las ballenas se distribuye localmente. El Primer ministro de las Islas Feroe llegó a alegar que «La legislación de las Islas Feroe sobre el bienestar de los animales, que también se aplica a la caza de ballenas, estipula que los animales deben ser sacrificados lo más rápido y con el menor sufrimiento posible». Pero ante la repulsa internacional el mandatario se mostró flexible a las cuotas y analizar esta práctica aunque aun no ha hecho nada por impedir un nuevo Grindadràp, que según los ecologistas puede suceder en cualquier momento. 'El grindadráp es una reliquia bárbara de una época pasada. Una caza innecesaria de cientos de ballenas piloto y delfines que debería haber terminado hace un siglo y que no es necesaria para alimentar a nadie en las islas", según manifestó Robert Read, director de operaciones de Sea Shepherd.

Sea Sheperd Global, ha presentado oficialmente una solicitud a la Comisión Europea para iniciar un procedimiento de infracción contra Dinamarca. Para la diputada de los verdes, Grace O'Sullivan, "la matanza anual de delfines y calderones en las Islas Feroe siempre ha sido un espectáculo moderno inhumano disfrazado de patrimonio cultural. Este año en particular, el Grindadráp resultó en una matanza y una crueldad sin precedentes que ha conmocionado al mundo, incluidas las Islas Feroe y Pueblo danés. Estos hermosos animales desempeñan un papel clave en nuestros ecosistemas marinos y deben dejarse en paz, punto final. Junto con la Coalición Stop the Grind y muchos de mis colegas y colegas eurodiputados, hacemos un llamamiento a la UE, el Reino Unido y las Islas Feroe Gobierno y todos aquellos interesados en proteger a estos cetáceos vulnerables para poner fin a la matanza sin sentido ".

Las organizaciones ecologistas animan a la ciudadanía europea a firmar la petición para la abolición de esta tradición impropia del sXXI y exigir el fin de la matanza de ballenas y delfines en las Islas Feroe