Alianzas por l’Albufera
Diversos colectivos sociales y empresas unen sus fuerzas en defensa de la conservación y la divulgación medioambiental de l’Albufera más allá del papel arbitral de las administraciones. Estos representantes de la sociedad civil han visibilizado su unión en un encuentro celebrado en Sueca.
A propósito de la reciente conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, representantes de empresas, ONG y administraciones vinculadas a l’Albufera celebraron un almuerzo con el que quisieron hacer visibles sus acuerdos de colaboración, acercar posturas y destacar la importancia de promover alianzas a favor del paisaje y la biodiversidad. El encuentro, convocado por la Fundación Assut y la empresa Gracomsa Alimentaria , tuvo lugar en la Casa de Baldoví, edificio histórico del marjal arrocero de Sueca.
Organizaciones con proyectos y empresas con compromiso
Los organizadores quisieron recalcar la importancia de poner en marcha estrategias de conservación del medio natural y el paisaje cultural desde la iniciativa privada. Bosco Dies, director de proyectos de la Fundació Assut, insistió en este aspecto: “Encuentros e iniciativas como éstos —dijo— deben promover la corresponsabilidad de los agentes sociales y económicos en la conservación y la sostenibilidad del territorio, apoyando la labor intrínseca de la Administración en materia medioambiental y haciendo valer su papel como garante y árbitro en el proceso de consecución de estos objetivos.”
Por su parte, Marta Cases Monterde, responsable de RSC de Gracomsa, subrayó que “los frutos de estas colaboraciones son importantísimos para la reputación de las empresas, ya que repercuten en nuestra imagen, son un factor estratégico de diferenciación y añaden valor a nuestras marcas, además de contribuir al bien común y devolver a la sociedad una parte de lo que recibimos de ella.”
Posta de sol marjal – Vicent Llorens
Plataforma Empresa y Biodiversidad
Al acto asistieron alcaldes, concejales y técnicos de ayuntamientos como Valencia, Catarroja y Sollana, y de pedanías como El Saler y El Palmar; la nueva directora, todavía de manera oficiosa, del Parc Natural de l’Albufera, Paloma Mateache; representantes de empresas como Aguas de Valencia, Ice Cream Factory Comaker (ICFC), Arroz Tartana, Herbolario Navarro, Paradores, Pavagua Ambiental, Banca Mediolanum, Vela Agroambiental y Dexilon, y responsables de organizaciones y asociaciones como SEO/BirdLife, Acció Ecologista-Agró, Avinença, Fundació Global Nature, Xaloc y Fundación José Navarro.
Todos coincidieron en la conveniencia, algunos en la urgencia, de ponerse a trabajar para establecer este tipo de alianzas por l’Albufera. Precisamente en este sentido, Carles Gago, de Simbiosi Espai Ambiental, anunció la próxima puesta en marcha, con el apoyo de la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental y en colaboración con la Fundación Victoria Laporta, la Fundación Global Nature y otras entidades, de la Plataforma Empresa y Biodiversidad de la Comunidad Valenciana, “un foro de encuentro y de respaldo a los proyectos de conservación de la biodiversidad en el que colaboren empresas privadas, ONG y administraciones públicas.” Gago apuntó incluso la idea de crear “una marca de ‘empresa y biodiversidad’ que reconozca y haga visibles este tipo de alianzas, colaboraciones que efectivamente ayuden a la conservación de especies o espacios protegidos.”
Y, a modo de reflexión, Pablo Vera, de SEO/BirdLife, señaló que lo principal de estas colaboraciones es su reciprocidad: “Más allá de una estrategia de marketing que permite a una empresa mejorar su imagen pública y a la entidad colaboradora llevar a cabo sus proyectos, estas actuaciones acaban generalmente calando en la empresa, provocando cambios en su filosofía y su forma de actuar, contagiando a veces a otras empresas y creando una cultura de responsabilidad que constituye el objetivo final de estas alianzas. Y esto para las ONG es importante.”
Algunos ejemplos de corresponsabilidad
Plantant lliri groc – Vicent Llorens
En España, esta cultura de responsabilidad empresarial no alcanza el nivel de otros países europeos como Alemania, Dinamarca, Holanda, Finlandia o Reino Unido. En muchos casos, atendiendo a los viejos postulados del libre mercado, la única responsabilidad de la empresa sigue siendo la de aumentar sus ganancias. Y, a veces, cuando la RSC existe, responde a meros ejercicios de marketing y comunicación, a políticas que buscan apenas obtener frutos a corto plazo y beneficios en forma de mejora de la imagen corporativa. Según algunos informes, estas políticas se quedan a menudo en lo superficial, cuando su objeto debe ser el de definir a fondo un modelo empresarial responsable; todo un desafío.
En general, todas estas conclusiones corresponden a informes que analizan la política de responsabilidad social de las grandes empresas que cotizan en bolsa. A escala local, más concretamente en el caso de l’Albufera, la realidad es otra y las experiencias, más allá de patrocinios puntuales, muy pocas. Y cabe por lo tanto destacar las que hay o ha habido, porque son las que deben de ir abriendo el camino. La Fundació Assut y Gracomsa Alimentaria, por ejemplo, llevan un año colaborando y acaban de prorrogar su acuerdo por otro año más. El objetivo, divulgar los valores naturales y culturales de L’Albufera a través del programa Cerca, dirigido principalmente a escolares y estudiantes.
SEO/BirdLife ha trabajado con Carrefour en actividades de uso público; con Coca-Cola, en la puesta en marcha de estrategias de gestión de la biodiversidad en el Tancat de la Pipa, y con Paradores en mejorar el entorno y la concienciación de los clientes del Parador y el campo de golf de El Saler. También con Paradores y en asuntos de concienciación y divulgación, colaboran Xaloc, una asociación local para el estudio y la conservación del mar, y la Fundación Global Nature. Esta última, además, ha realizado una campaña de anillamiento de aves con la colaboración de Ferimet, una empresa de Sollana, y tiene un convenio con Pavagua Ambiental para realizar la gestión ambiental de los Tancats de Mília i l’Illa.
Por último, Acció Ecologista-Agró gestiona junto a SEO/BirdLife, a través de un acuerdo de custodia del territorio, el área de reserva del , propiedad de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Lucía Moreno, representante de esta veterana entidad ecologista, quiso destacar el Proyecto Emys de voluntariado, un programa de introducción y seguimiento de galápago europeo que ha contado con la participación de Obra Social de la CAM y de la empresa de electrónica Dexilon, que ha diseñado y aportado emisores de radioseguimiento.
Para Moreno, las alianzas entre entidades conservacionistas y empresas privadas son muy necesarias: “Todos formamos parte de la cadena, y hemos de evitar llevar a cabo acciones de cara a la galería que no tengan una repercusión real en la mejora del estado de conservación de nuestros ecosistemas ni nos aproximen a una sociedad cada vez más sostenible y concienciada sobre el impacto de nuestras actividades en el medio ambiente.”
Lirios amarillos y murciélagos
En un gesto a la vez simbólico y práctico, durante la jornada se plantaron lirios amarillos en el margen de una acequia del Tancat de Baldoví y se instalaron unos refugios para murciélagos en la fachada de la casa. “Unos y otros son especies autóctonas y aliadas del agricultor y la biodiversidad. Los lirios fijan las motas de los canales, filtran el agua y sirven de cobijo a diversas especies de invertebrados; y los murciélagos, al alimentarse de insectos, ayudan a combatir algunas plagas del arrozal”, dijo Bosco Dies.
Para terminar, Dies mostró la intención de la Fundació Assut de poder repetir este encuentro cada año, “de modo que las distintas partes implicadas podamos celebrar los avances de esta cultura de la corresponsabilidad en la conservación y divulgación de nuestro paisaje.”