Agrocompost: quien tiene un buen estercolero, tiene un buen granero
El equipo de Samarucdigital hemos comenzado un nuevo periplo audiovisual invadido de cierto espíritu aristotélico, y así es como nuestro viaje en busca de la salud, el conocimiento y la riqueza, en un sentido no pecuniario del término, nos ha llevado a sumergir un currusco de buen pan artesanal en un chorrito de aceite, verdoso y agradablemente aromático, engendrado por los olivos arraigados a las tierras del Baix Maestrat castellonense, al mismo tiempo que nos ha permitido conocer un proyecto científico basado al aprovechamiento de los subproductos derivados del sector primario de esta comarca.
Siguiendo la pista de aquel dicho popular que afirma que "quién tiene un buen estercolero, tiene un buen granero", hemos descubierto la receta secreta que otorga fertilidad al suelo, aportando, al mismo tiempo, una generosa ración de felicidad "gastro-hedonista" a cualquier paladar amante de los bonos AOVES, acrónimo empleado para hacer referencia al omnipotente Aceite de Oliva Virgen Extra, sin el cual no existiría nuestra preciada Dieta Mediterránea.
Si queréis descubrir cuál es el punto de conexión existente entre el tesoro oleícola que nos alegra los menús diarios, unos cuántos quíntalos de hojas secas, mezcladas con otros restos vegetales, y una granja de gallinas, con sus correspondientes excrementos, continuau navegando por estas líneas y llegaréis al destino adecuado.
Planta Piloto de Agrocompostatge de la Salzadella, en la comarca del Baix Maestrat.
La iniciativa se denomina Agrocompost, nació en 2017 y tiene su epicentro a la planta Piloto de Agrocompostatge de la Salzadella, en la comarca del Baix Maestrat. Esta gran infraestructura, construida inicialmente como planta para el tratamiento de los purines procedentes del sector porcino, funciona como una inmensa "cocina industrial" donde se mezclan y procesan los ingredientes que, siguiendo estrictamente las fórmulas elaboradas con criterios científicos, acabarán convirtiéndose en compuesto, un auténtico "elixir de vida" para los cultivos de regadío y de secano.
Qué es el compost?
Derivado del término latino "compositus", que significa "poner junto con", el COMPOST es un producto obtenido a partir de diferentes materiales de origen orgánico, sometidos a un proceso biológico controlado de descomposición, denominado compostaje. Posee un aspecto terroso, libro de olores y de patógenos y se emplea como sustituto parcial o total de abonos y fertilizantes químicos.
Pero además de ofrecer una valiosa fuente nutricional en la tierra, la suya el·laboració aporta una solución eficiente a una problemática económica y ambiental: la gestión de los subproductos -antes considerados "residuos"- que se derivan del sector primario. Es decir, toda aquella materia vegetal no comercializable procedente de la agricultura y de la jardinería (hojas secas, huesos, branquetes resultantes de las podas, etc.), sumada a las excreciones de los animales, bien sea el purín del cerdo, la gallinaza, o usando una nomenclatura más genérica y permitiéndonos cierta pincelada de humor escatológico: la mierda o la caca generada a cualquier granja.
"La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma".
Inspiradas por esta afirmación del científico Antoine Lavoisier, considerado el "padre" de la Química moderna (ya sabemos que las Ciencias, construidas sobre la mirada del androcentrismo, han tenido pocas "madres" relevantes), partimos en busca de un ejemplo tangible, visible - y también olfativo- del principio de la Transformación de la masa. El ejemplo en cuestión tiene la forma de inmensas montañas de un color marrón negrenc, un tipo de enormes cerros, reposados y tibios, habitados por el "macrofestival" de microorganismos que se reproducen a su interior: un baile de criaturas microscópicas imperceptibles en nuestros ojos, pero fácilmente detectables por nuestra nariz.
Mientras aproximamos nuestras cámaras al "milagro biológico", nos invade una bafada familiar que, sin llegar a resultarnos desagradable, evidencia el avanzado estado de fermentación en que se encuentra la materia orgánica. Pura química, a pesar de que incluso, puede parecer alquimia o magia.
Itinerario circular del Agrocompostatge
Tomamos como punto de partida la "base central de operaciones", la Planta Piloto de la Salzadella, y nos zambullimos, casi en sentido literal, en el itinerario circular del Agrocompostatge, un proyecto de transferencia científica, impulsado por la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, que cuenta también con el apoyo del Área de Sostenibilidad de la Diputación Provincial de Castelló.
Ignasi García, diputado de Sostenibilidad de Castelló, nos habla de los beneficios del proyecto agrocompost para el sector primario castellonense
En compañía de Vicent Blay, técnico investigador de la UMH, encargado de hacer el seguimiento de campo, nos desplazamos al término de La Jana, para conversar con Alex Vilanova, labrador ecológico y miembro del sello Aceites Cuquello. Los bancales de olivos gestionados por el joven labrador janenc, son un tipo de "laboratorio al aire libre" para el proyecto Agrocompost. Vilanova destaca los cambios experimentados a este entorno, gracias a la incorporación del compuesto y a la aplicación de técnicas de agricultura regenerativa. El suelo de sus fincas, el bien esencial que sostiene la vida vegetal, ha mejorado su capacidad de retención de agua y nutrientes, como resultado de la implementación de los restos de poda, el abono orgánico y la siembra de plantas leguminosas y gramíneas. La combinación ganadora para preservar la biodiversidad a las fincas y hacer frente a la erosión que amenaza la capa fértil de la Tierra.
Vicent Blay, técnico investigador de la UMH, Alex Vilanova, labrador ecológico y miembro del sello Aceites Cuquello y Oriana Brunori. La Jana
Nos despedimos del productor de aceites ecológicos y visitamos otro punto neurálgico de este circuito donde todo se reintegra. El poder del excremento. Una factoría avícola de la Jana, libre de antibióticos y dotada de certificado de bienestar animal, acoge los miles de individuos alados y moñudos que, ajenos a su destino final'- la industria alimentaria- engordan, crecen y hacen el hecho inherente a cualquier ser vivo: comida y defecar. Ya hemos aprendido que la materia no se crea ni se destruye, sinò que se transforma, y por tanto los piensos a base de maíz y otros cereales que estas aves "pican entre horas", serán digeridos y excretados en forma de gallinaza, el subproducto ganadero, rico en nitrógeno, que servirá para completar la receta del "compuesto perfecto".
Factoría avícola de la Jana, libre de antibióticos y dotada de certificado de bienestar animal
Marchamos del establecimiento cloqueando el paradigma de la economía circular: no se tira nada porque todo es potencialmente valioso y puede tener una función. De la oliva, como del cerdo, se aprovecha todo. Dicen que no hay dos sin tres y, por lo tanto, viajamos a investigación del tercer elemento imprescindible para otorgar nueva vida a la vida. El molino de aceite de la Jana, receptáculo para la transformación de la Olea Europea en tesoro líquido, hierve de actividad con la llegada de los remolques cargados con el producto agrario.
A pesar de que no ha sido una temporada de cosecha abundante, los y las socias cooperativistas descargan el resultado de su esfuerzo anual. Recorriendo un circuito totalmente mecanizado, la oliva comienza una senda independiente, bifurcándose en una autopista que la separa de las pedretes, las hojas secas, las ramas y los restos de tierra. Esta especie de escalèxtric automático, comandado por el personal técnico de la cooperativa, conduce las frutas del Maestrat a su destino final, la prensa. En la sala adyacente, un manantial de aceite llampant -antiguamente empleado para iluminar- inunda la balsa receptora, al mismo tiempo que el ambiente se empapa también del característico y penetrante aroma acre, capaz de impregnarnos la pituitaria y también la ropa. De aquella carne de las olivas, chafada y picadura hasta el muelle del hueso, se obtiene la sansa o pinyolada, una pasta espesa y pegajosa que aportará cuerpo y micronutrientes al superaliment agrícola, el compost.
Nos sentimos como un equipo de chefs profesionales, ya hemos adquirido todos los ingredientes y lo tenemos todo terminado para elaborar "la receta infalible". Volvemos a la Planta Piloto de Agrocompostatge de la Salzadella, donde el "maestro de maestros composters", el científico Vicent Blay, explica que periódicamente, habrá que añadir agua y oxígeno a la mezcla formada por la sansa, la gallinaza y las hojas de olivo para poner en marcha la actividad de los invitados imprescindibles, los microorganismos.
Bienvenida sea esta compleja y variada población de èssers microscópicos mesófilos y termófilos, presididos por los hongos y las bacterias, que se encargarán de degradar la materia orgánica, transformándola en un caviar gourmet para nutrir las plantas y el suelo.
Habrá que esperar unos seis meses, a lo largo de los cuales se tendrán que mesurar las temperaturas, voltear y regar las montañas preservadoras de la vida latente, antes de tener a punto el resultado deseado: un compuesto de altissima calidad, que alimentará las mismas tierras de donde proceden los ingredientes que lo integran. Transferencia científica y sabiduría popular, al servicio de un campo más sostenible y resiliente, porque como bien sabemos, el buen estercolero, es pariente del buen granero.