En busca de los íberos de Olocau

El interés por descubrir los antepasados íberos nos lleva a Olocau, una población ubicada en las estribaciones meridionales de la Sierra Calderona. El Puntal dels Llops es un antiguo poblado que se eleva a 420 metros de altitud y que domina la salida del barranco de Carraixet al planicie del Camp del Túria.

En el camino al yacimiento, hacemos una parada para admirar un conjunto de algarrobos centenarios, que aquí se conocen con el nombre de “macollades”. Se trata de árboles monumentales de donde brotan diferentes ramas de un mismo pie. Más allá del patrimonio natural de la zona, hoy queremos conocer los hallazgos arqueológicos del lugar. Después de pasar el cementerio, un mapa nos indica el recorrido de ascensión a este antiguo puesto de vigilancia. El sendero tiene la tonalidad roja propia de la tierra arcillosa que pisamos.


A medida que ascendemos, las vistas van abriéndose más y más. Desde la atalaya donde se ubica el poblado, encontramos un mirador privilegiado del pueblo de Olocau.

El Puntal dels Llops

Nos adentramos de lleno en la historia cuando, por fin, entramos en el Puntal dels Llops, un poblado que fue ocupado desde el siglo V al III antes de Cristo. Formó parte de la red de control del territorio ibérico de Edeta, lo que hoy es Llíria, y que fue destruido con la llegada de los ejércitos romanos. El poblado íbero fue excavado del año 78 al 85. Durante los trabajos arqueológicos, se encontraron piezas de gran interés, como 26 colmenas de miel o una honda con el dibujo de lo que se conoce como el Guerrero de Olocau. La torre es el elemento más característico del yacimiento, ya que era un lugar de vigilancia y comunicación con otros fortines de la zona, desde los que se controlaba y delimitaba el territorio edetano. El poblado, totalmente amurallado, consta de una calle principal que conducía a las 17 habitaciones que forman el conjunto histórico. Después de una buena lección de historia, rehacemos el camino hasta la casa de la señoría del Conde de Olocau, donde continuamos nuestra visita por tierras íberas. Aquí se guardan algunas de las piezas arqueológicas que se han encontrado en el poblado y que nos trasladan al siglo V antes de Cristo. Naturaleza e historia hoy se han dado la mano.


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