Abrir el grifo y obtener agua limpia y saludable es un gesto cotidiano que repetimos infinidad a veces en el día para satisfacer diversas y numerosas necesidades. La higiene personal y la limpieza de nuestros hogares, el riego de las plantas que nos alegran el espacio donde habitamos, o el olleta de legumbres cocinada a fuego lento, son solo algunos pequeños ejemplos de las demandas vitales que podemos satisfacer gracias a un hecho imprescindible que, paradójicamente, pasa desapercibido: la disponibilidad de agua potable. 

Reza el dicho popular que "solo nos recordamos de Santa Bàrbara cuando truena" y si aplicamos un paralelismo atmosférico, encontraremos explicación en la tormenta que se origina en ese preciso instante en que, a causa de la sed o del deseo de repararnos con una ducha caliente, hacemos girar el grifo y contemplamos con perplejidad que el anhelado rayo de agua no está. El inesperado acontecimiento nos hace tomar conciencia de la importancia que supone disponer de este bien esencial, sin el cual nuestra existencia se tambalea por una sencilla razón: en esencia, somos agua. 

Estamos formados físicamente por un 60% d´este elemento y además, lo requerimos para llevar a cabo todas y cada una de las actividades que desarrollamos como sociedad. Todo aquello que nos rodea y todo aquello que conocemos, desde un bosque mediterráneo, hasta el mecanismo de un molino o el obrador de un panadero, existe gracias a la disponibilidad de agua dulce. 

Nos preguntamos si como usuarios de este bien natural, somos conocedores del larguísimo viaje que el tesoro líquido realiza desde su punto de partida, escondido a las entrañas de la tierra, atravesando una compleja red de distribución, hasta brotar, mágicamente, a nuestro grifo: un "milagro" cotidiano que responde, por un lado a las aportaciones de la hidrogeología e ingeniería hidráulica, y de otra, a la gestión institucional en materia hídrica. 

Para comprender adecuadamente los procedimientos que hacen posible que tengamos agua a nuestro alcance, hace falta que conozcamos a fondo ese complejo sistema que permite la acumulación de agua al subsuelo, a muchos kilómetros bajo nuestros pies. 

La importancia de los acuíferos 

A gran distancia de la superficie, el terreno está compuesto por varios tipos de rocas y no todas ellas son al 100% materia sólida, sino que están conformadas por pequeñas cavidades. Esos minúsculos poros tienen la capacidad de albergar gases o líquidos, es decir, actúen como un inmenso contenedor. Este tipo de recipientes de colosales dimensiones, los acuíferos, son la joya de la corona que permite el almacenamiento de agua y posibilita su movimiento debajo tierra. 

El hidrogeólogo de la Diputación Provincial de Castelló, José Ramón Jiménez, usa una fácil analogía visual para explicar que un acuífero alberga agua a su interior del mismo modo que lo hace una esponja. Si los materiales que lo rodean son impermeables, esta será una "esponja aislada", un acuífero estanco. Si por el contrario, existe una conexión con otras "esponjas", habrá una comunicación entre diferentes acuíferos .

A partir de la experiencia cultivada a lo largo de más de 30 años de trabajo como hidrogeólogo en el territorio castellonense, Jiménez describe la relación existente entre el acuífero Jurásico del Maestrat, la principal reserva de agua subterránea de la Provincia, y su interconexionado con el sistema hídrico subterráneo situado en las llanuras litorales. 

Los acuíferos disfrutan de la protección que les otorga la enorme superficie rocosa que los rodea, pero, a pesar de que la magnitud de esa coraza, no están exentas de sufrir daños y agresiones causadas, mayormente, por la acción antrópica. El urbanismo mal planificado, las perforaciones furtivas y otras intervenciones humanas, pueden afectar el equilibrio hídrico del subsuelo, además de desencadenar efectos tan devastadores como las inundaciones. Desgraciadamente, las malas praxis han sido habituales a lo largo de muchas décadas y sus consecuencias todavía permanecen. La buena noticia es que también asistimos a un proceso de recuperación: a raíz del cambio en las técnicas de riego y de los usos del terreno, el restablecimiento de algunos de los acuíferos empieza a ser notable. El Hidrogeólogo de la Diputación Provincial, explica estos procesos. 

La adecuada gestión y conservación de las reservas hídricas es una tarea de capital importancia que las instituciones tienen que llevar a cabo con el objetivo de garantizar que toda la ciudadanía tenga acceso a este bien esencial. El rigor científico y la mirada a largo plazo son piedras angulares para el adecuado diseño y ejecución del Plan Director del agua de la Provincia de Castelló. El proyecto se fundamenta sobre cuatro grandes pilares. 

La cuarta pata del Plan tiene como objetivo la promoción de la mejora continuada de la gestión del ciclo integral del agua al entorno urbano. Acogiéndose a ventajosas medidas para mejorar los elementos que conforman el ciclo, los municipios se convierten en actores protagonistas con un papel destacado en el proceso. La recompensa final es la obtención del grifo azul, un nuevo distintivo de calidad. 

La nueva hoja de ruta para la gestión de los recursos hídricos provinciales nace de un trabajo desarrollado a lo largo de tres décadas. Los frutos de 30 años de investigación aportarán un nuevo modelo de uso mancomunado del agua y una mejora de las estructuras, con un objetivo muy claro: hacer posible que el abastecimiento de agua de calidad sea una realidad en todo el territorio. 

El Plan Director del agua de Castelló: el agua como Derecho Humano Universal.

El Derecho al agua quedaba explícitamente reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el julio de 2010. Este Derecho Humano Universal se define como "la legitimidad de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico", obligando los poderes públicos a garantizar su abastecimiento. Si bien en un pasado reciente imperaba el modelo de los grandes trasvases, con los impactos ambientales que de ellos se derivan, el actual Plan Director pretende avanzarse a los retos de un futuro condicionado por el cambio climático. El diputado provincial de Sostenibilidad, Ignasi Garcia, expone algunas líneas maestras de un modelo de gestión que prioriza la solidaridad hídrica. 

El Plan de gestión de los recursos hídricos en la provincia de Castelló requiere agilidad administrativa y una estrecha colaboración institucional. El resultado de su implementación será un servicio de abastecimiento de agua más eficiente y preparado para hacer frente a las adversidades derivadas del cambio climático. Pero además, la realización y el mantenimiento de esta infraestructura abre las puertas a un nuevo nicho de ocupación.

El Derecho Humano declarado por la ONU el 2010, hace referencia al abastecimiento y a la gobernanza del agua. En esta línea, García afirma que hay que legislar en pro de una política que establezca las tarifas en función de las necesidades específicas de cada tipo de consumidor. Tasas justas y transparencia: retos del presente para garantizar el acceso a un bien esencial a largo plazo.