Una casa para los murciélagos
Noche de los murciélagos es el nombre de la campaña organizada por el Ayuntamiento de Almassora (Castellón), la Fundación Limne y el patrocinio de la empresa UBE para implicar a la sociedad en la construcción e instalación de refugios de madera en la ciudad para aumentar las viviendas de estos mamíferos voladores nocturnos. Afortunadamente los murciélagos que viven en pueblos y ciudades están convirtiéndose en unos extraordinarios aliados de la sociedad a la hora de combatir los molestos y perjudiciales mosquitos veraniegos.
Las nuevas construcciones urbanas, la rehabilitación o el derribo de las casas antiguas ha dejado sin refugio a las especies de murciélagos que viven más cerca de las personas como son el murciélago común (Pipistrellus pipistrellus) y el muerciélago de Cabrera ( Pipistrellus pygmaeus). Estas especies utilizaban grietas de paredes, techos, espacios entre las tejas, cajas de persianas y agujeros de árboles muertos para refugiarse durante el invierno o instalar su colonia de cría. La instalación de cajas refugio en pueblos y ciudades para estos quirópteros siguiendo las recomendaciones de los biólogos expertos favorecen la presencia de estos murciélagos. Durante las últimas décadas estas dos especies pequeñas de quirópteros habían desaparecido de muchos pueblos y ciudades precisamente por la falta de refugios. También hay que tener en cuenta que la utilización abusiva y constante de insecticidas en los campos de cultivo que rodean las urbes había envenenado lentamente a cientos de ejemplares.
Del rechazo a la empatía
Durante los últimos años, a medida que la sociedad se ha ido enterando de los beneficios que procuran los murciélagos se ha iniciado un lento proceso de empatía hacia los quirópteros. En muchos países desarrollados de todo el mundo como es el caso de Estados Unidos utilizan los murciélagos para combatir plagas que afectan a los cultivos. Muchos ayuntamientos valencianos han iniciado campañas para favorecer la presencia de los quirópteros en las ciudades. Este ha sido el ejemplo de Almassora, una población castellonense de la comarca de la Plana Alta. Su consistorio ha montado varios talleres dirigidos a la participación ciudadana para construir refugios de madera y hacer seguimientos de murciélagos con detectores de ultrasonidos. El proyecto también ha contado con diversas charlas y talleres dirigidos a los estudiantes de los centros educativos de la población. La campaña también pretende favorecer la presencia de aves insectívoras. Los voluntarios que participan en los talleres deben responsabilizarse de colgar su caja refugio en un lugar adecuado de su casa y hacer el seguimiento periódico para averiguar la especie que coloniza la nueva vivienda.