Regreso al pasado en l’Albufera
L’Albufera ha recuperado el aspecto que tenía hace unos 50 años en el Tancat de la Pipa, un reducido espacio de 40 hectareas en el término de Catarroja. Todo gracias a un sistema de humedales artificiales, que funcionan como una depuradora natural gracias a un sistema de filtros verdes. El mismo método se emplea en los Tancats de l’Illa y de Milia dentro de un projecto Life de la Unión Europea, destinado a mostrar cómo es posible regenerar la calidad del agua de un humedal.
Unas microalgas son las causantes del color verde opaco que cubre el agua de l’Albufera de Valencia. La presencia de este fitoplancton evidencia que el estado ecológico no es nada bueno, su aparición es el resultado de un corto proceso histórico en la larga historia geológica del humedal.
A partir de los años 60 del siglo XX los vertidos industriales, urbanos y agrícolas se hacen masivos y especialmente dañinos, deteriorando la salud del gran humedal hasta extremos cercanos al colapso. La instalación de depuradoras palió la contaminación de manera importante, pero la reducción de aportaciones de agua de calidad continua manteniendo el problema. L’Albufera es como una gran piscina contaminada donde, de vez en cuando, se vierten algunos vasos de agua limpia.
Los riñones de la naturaleza
Un ejemplo a escala de cómo recuperar la salud del paraje es el funcionamiento de los humedales artificiales. Un sistema de filtros verdes basado en la plantación de vegetación autóctona que potencian la función de “riñones de la naturaleza”, que de oficio ya cumple cualquier zona húmeda. El método se ha implantado con éxito en unos antiguos campos de arroz en Catarroja que reciben el nombre de donde el proyecto empezó a funcionar en 2008. El espacio está gestionado por y a través de un acuerdo de custodia del territorio con la , propietaria del terreno. El resultado es la recuperación de la calidad del agua en este paraje, de apenas 40 hectareas, y la atracción de una gran biodiversidad de fauna.
El mismo sistema se empezó a aplicar en 2012 en el y posteriormente en el de l’Illa, estos dos últimos promovidos por la fundación y la empresa (sí, la misma empresa pública con los cuadros de mando investigados, pero que a pesar de ello en este caso cumple sus funciones técnicas). Los tres humedales artificiales forman parte del proyecto , que recibe fondos de la Unión Europea y coordina la Universitat Politècnica de València. La idea es convertir el proyecto en un referente para la recuperación de humedales degradados, aunque de momento son pequeñas islas en medio de un gran océano de contaminación. El futuro del agua decidirá.
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