Proyecto Mussols, la recuperación de los habitantes de la noche

65 rapaces nocturnas han sido recuperados gracias al proyecto Mussols. Una iniciativa de la Sociedad Valenciana de Ornitología que ayuda a reintroducir estos animales en espacios de la huerta de Valencia, los Serranos y la Hoya de Buñol. SamarucDigital ha comprobado en qué consiste el proyecto.

Cae la noche en Benifaraig una pedanía de Valencia. En una alquería rodeada de campos de cultivo y un establo de caballos, Valentín y Yanina, dos voluntarios del proyecto Mussols , transportan una caja de cartón. Dentro viajan dos lechuzas (Tyto alba). Son crías con unas semanas de vida procedentes del Centro de Fauna de la Generalitat, en la Granja de El Saler. Allí llegaron tras quedarse sin padres, y ser localizadas abandonadas en el nido. Ahora los voluntarios las ayudarán a volver a vivir en libertad, pero lo hacen poco a poco.

Después de medirlas y pesarlas, introducen las lechuzas en una caja nido en la alquería de Boquera de Benifaraig que a partir de ahora será su nuevo hogar. Seguirán su evolución proporcionándoles alimento hasta que las jóvenes crías emprendan el vuelo y sean totalmente autónomas. Es lo que llaman método del "hacking", un sistema que ha permitido devolver con éxito al medio natural 65 ejemplares de rapaces nocturnas (básicamente lechuzas y búhos comunes) desde 2012, dentro de un proyecto que inició la Sociedad Valenciana de Ornitología ( SVO) y  y que se ha implantado en la huerta de Valencia, la Hoya de Buñol y los Serranos.

Los mayores combatientes contra los roedores

La idea es contribuir a recuperar las poblaciones de estos habitantes de la noche en zonas de huerta, aprovechando sus residencias naturales en masías u otras construcciones normalmente situadas cerca de campos de cultivo. De esta forma se recupera la biodiversidad y el equilibrio natural con la presencia de unos animales que funcionan como los mayores combatientes contra los roedores. Una pareja de lechuzas puede consumir perfectamente 2.000 ratones al año.

Pepe, el propietario de la masía de Boquera (un edificio con más de 100 años de historia), conoce sobradamente la ayuda extra que aportan las rapaces nocturnas a los agricultores en la defensa de sus cosechas en la huerta, donde trabaja como lo hicieron sus antepasados. Por eso está encantado de colaborar en un proyecto que continúa dando buenos resultados.

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