Pedaleando por la marjalería castellonense
Hemos celebrado el Día Mundial por la Preservación de la Capa de Ozono con una ruta cicloturista por la Marjaleria de Castelló de la Plana, para conocer sus valores naturales, sociales y culturales. De la mano de Itinerantur recorreremos, entre huerta y naranjos, lugares emblemáticos de la ciudad, como el Parque del Pinar, la Playa del Serradal y la Garganta del Riu Sec, El Molino de la Font, El Parque del Meridiano o "Grequaranta" y la Basílica del Lledó.
Dicen que la capacidad de ir en bicicleta nunca se olvida, y me permitiré afirmar que los conocimientos adquiridos durante un paseo cicloturista, también permanecen por siempre jamás en la memoria. Y es que este medio de transporte tiene ese poder casi mágico de conectarnos con nosotros mismos y con el entorno, creando un vínculo poderoso entre todo el que captan los sentidos y aquello que queda registrado a la mente y en el cuerpo. De buena mañana, con el vehículo de dos ruedas revisado y la mochila cargada de convoy, pedaleo por las calles de una ciudad que todavía bosteza para asustar la perea de los domingos.
En un batir de ojos habré llegado al Parque del Auditorio, punto de encuentro acordado con el grupo cicloturista y el equipo de Itinerantur, los maestros de ceremonia encargados de guiarnos por el paisaje periurbano de Castelló. Celebramos el Día Mundial por la Preservación de la Capa de Ozono. La actividad, enmarcada al ciclo "Celebramos con la Natura" que impulsa la Concejalía de Transición Ecológica de Castelló de la Plana, busca subrayar el valor de la Marjaleria, el pulmón verde que rodea la franja oriental de la ciudad.
Además, la propuesta está ligada a una destacada efeméride ambiental: el Día Mundial por la Preservación de la Capa de Ozono, el envoltorio protector de la radiación solar que preserva la vida en el Planeta Tierra. Esta "piel" defensora de los rayos ultravioleta, sufrió un gravísimo debilitamiento provocado por el uso de CFC o Clorofluorocarboni, compuesto químico empleado a la formulación de desodorantes, refrigerantes, disolventes y otros muchos productos, hasta la entrada en vigor del Protocolo de Montreal al 1987 y su consiguiente prohibición . El compromiso mundial ha conseguido detener el agotamiento de la Capa d´Ozono y favorecer que disminuisca la superficie del agujero, a pesar de que encara mucho que hacer para garantizar una recuperación firme.
Conmemoramos esta fecha participando en una actividad colectiva y usando un transporte sostenible, con el objetivo de recordar que cuando sumamos fuerzas en acciones conjuntas, somos capaces de virar el rumbo hacia soluciones de preservación y regeneración.
Antiguas vías romanas, el alcornoque, campos de clemenules y suelo protegido no urbanizable
Cruzamos un antiguo ramal de la Vía Augusta, nos dirigimos hacia el Este y nos detenemos a admirar la primera sorpresa de la ruta. La presencia de un majestuoso alcornoque (Quercus Suber) nos acoge bajo su sombra generosa, trasladándonos a un pasado agrícola en que el arbolado era un elemento indispensable para ofrecer descanso durante las largas jornadas de trabajo.
Alcornoque (Quercus Suber)
Seguimos rodando por los caminos flanqueados por los campos de clementinas de la variedad Clemenules, hasta la siguiente parada, una área de suelo protegido no urbanizable. Esta figura legal, aprobada en 2005, garantiza la conservación de un bien escaso y no renovable, y representa, por lo tanto, la tutela del suelo fértil, la herencia más valiosa que podemos dejar a las generaciones que vendrán.
El Parque del Pinar del Grado
La agradable frescura del Parque del Pinar invita a hacer una pausa en el camino y arrecerar-noes momentáneamente del calor propio de las postrimerías del verano mediterráneo. Esta antigua dehesa, dedicada en tiempos pasados al pasto de la manada y la extracción de madera, es el último reducto de un inmenso boalar que se extendía desde el término de Almassora, en el sur, hasta el de Benicasim hacia el norte.
Bajo nuestros pies, un suelo de arena oscura, rica en materia orgánica, sostiene la vida de las poblaciones de pino carrasco a los que, progresivamente, van sumándose nuevas especies arbustivas, gracias al proceso de restauración de la flora autóctona que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Castelló los últimos años.
La Playa del Serradal y la Garganta del Riu Sec
Amb la agilidad de una chorlitejo patinegro, pedaleamos por el carril bici precavidamente, siente sabedores que al hábitat costero conviven los Sapiens sobre ruedas con algunos bípedos despistados, y otras subespecies de humanos motorizados poco amables con los bandazos de ciclistas. Recorremos la Playa del Serradal hasta divisar las compuertas de la Garganta del Riu Sec, punto de confluencia de agua salada y dulce y pista definitiva para averiguar nuestro itinerario.
Chorlitejo patinegro
Nos adentramos en la cuadrícula de caminos y caminitos que peinan el marjal y de nuevo, polsem los frenos de la bicicleta para pararnos frente al Molí de la Font.
El Molino de la Font, el manantial de la marjaleria
Este manantial que otorga forma y vida a la Marjaleria, acoge una rica biodiversidad donde destacan especies como el samaruc, el martín pescador, la rana o el murciélago de pies gordos (Myotis Capaccinii), un tesoro para el control de plagas. La incuestionable belleza y el valor ambiental de este paraje inspiraron el escritor castellonense Josep Pasqual i Tirado, autor del "Tombatossals". La obra literaria, publicada en 1930, relata la fundación mitológica de la ciudad y su orografía a través de las aventuras del protagonista homónimo y su peculiar pandilla de amigos.
Molí de la Font.
El Parque del Meridiano, "Grequaranta"
Dejamos atrás este lugar paradisíaco y metemos rumbo hacia el Parque del Meridiano, una localización sugestiva para cualquier amante de la Geografía y la Cartografía. A finales del s. XVIII, el matemático y astrónomo francés Pierre F. Mèchain se instaló a Castelló para realizar sus estudios, gracias a los cuales disponemos del sistema de medición por coordenadas. El vértice geodésico que contemplamos, señala la intersección entre el Meridiano Cero o de Greenwich y el Paralelo 40, denominado también "Grequaranta"
Enmarcamos una foto de grupo sobre la línea imaginaria que separa el Este del Oeste del mundo, antes de emprender la última y breve etapa que nos conducirá hacia el final de la ruta circular.
Basílica del Lledó
El en torno a la Basílica del Lledó, punto de inflexión donde se difumina la escenografía urbana y se abre el telón del paisaje agrícola, marca también la despedida de nuestra aventura de exploración de la Marjaleria. Un viaje compartido a golpe de pedal, que nos ha permitido ensanchar la percepción del territorio, inspirando cada uno de sus matices y nutriéndonos de la riqueza natural y cultural de este paisaje.
Basílica del Lledó