Durante los últimos tres años han muerto, como mínimo, doce rapaces electrocutadas en el Camp de Morvedre. Las últimas dos víctimas fueron un búho real (Bubo bubo) y una águila culebrera (Circaetus gallicus), que fueron localizadas juntas en mayo bajo una torre de media tensión en La Vall de Segó. A primeros de la primavera otro búho real también apareció electrocutado en esta misma línea de media tensión, que nace a Faura y que discurre principalmente por el término municipal de Benifairó de les Valls. Concretamente, por la zona de la montaña de La Rodana, segundos explica una nota de prensa de Acción Ecologista-Agró Camp de Morvedre.

Foto: AE-Agró Camp de Morvedre 

Ante estos hechos, el colectivo comarcal  alertó a la Generalitat Valenciana de la muerte por electrocución de las tres rapaces en esta línea de media tensión. Además, nos posamos en contacto con Iberdrola, empresa titular de la línea, para exigirle medidas antielectrocución y evitar así la muerte de más aves protegidas en este punto negro.

Este verano Iberdrola nos ha hecho caso y, tal como establece la Ley, ha aplicado medidas antielectrocución en toda la línea de media tensión, tanto en terrenos de propiedad pública como en las parcelas privadas por donde discurre. En total, se ha actuado en un tramo de aproximadamente dos kilómetros, aplicándose las medidas antielectrocución en las doce torres de la línea. Desde AE-Agró Camp de Morvedre agradecen a Iberdrola la celeridad con la cual ha realizado esta intervención. Pero, recuerda el colectivo, vale la pena recordar que en 2017 la Generalitat Valenciana ya informó la compañía del alto riesgo de la electrocución de rapaces de esta línea. E Iberdrola no ha actuado hasta que AE-Agró no ha denunciado públicamente la muerte de los búhos reales y del águila culebrera.

Foto: AE-Agró Camp de Morvedre 

Cada año en el Estado español mueren electrocutadas miles de aves, la mayoría de ellas protegidas.

AGRÓ recuerda que cada año en el Estado español mueren electrocutadas miles de aves, la mayoría de ellas protegidas. Según datos oficiales del Ministerio de Transición Ecológica, mueren 33.000 al año. Aun así, un estudio de la Fundación Amigos del águila Imperial eleva la cifra de muertes por electrocución a entre 192.000 y 337.000 aves anualmente.

De hecho, la situación es tan grave que la Fiscalía General del Estado ha criticado este mismo verano la pasividad de las comunidades autónomas y su permisividad con las compañías eléctricas. Concretamente, el Ministerio Público acusa los gobiernos autonómicos de no abrir expedientes sancionadores a las compañías propietarias de las líneas y, incluso, de entorpecer el trabajo de los agentes medioambientales que tramitan las denuncias después de localizar los cadáveres.

Desde AE-Agró Camp de Morvedre esperan que la aplicación de medidas antielectrocución en la línea de media tensión de La Rodana suponga un punto de inflexión. Y que Iberdrola y el resto de compañías eléctricas impulsan a partir de ahora este tipo de intervenciones a la comarca para evitar la electrocución de más aves. Y, que en caso de no hacerlo, la administración autonómica los obligo a realizar estas actuaciones, tal como reclama la Fiscalía General del Estado