Me decía Ferran Gandia que Reviu el bosc LAB era una especie de experimento. Una manera de testear la repercusión del trabajo de 30 años dedicados a la conservación y recuperación del bosque autóctono y la divulgación de valores medioambientales. Una labor callada, sin ánimo de lucro, de gentes que aman la naturaleza y que con 12.000 € en 30 años han hecho una labor magnífica para la conservación de nuestro territorio. También para comprobar el poder de convocatoria y seguir adelante con nuevos proyectos de conservación y desarrollo sostenibles en la España vaciada e implicar tanto a agentes privados como públicos. 

Un emocionado Ferran Gandia recordaba, en el Centro cultural de la Caja de Ontinyent lleno de público, la historia de la asociación ecologista desde que en 1989 diez chavales entre 13 y 17 años de Ontinyent crearon un vivero municipal para realizar reforestaciones. Se hicieron llamar Colectiu Ecologista Capità Cap de Canoa, por la serie de dibujos animados de Canal 9. Hacía así un repaso a la labor desarrollada por l’Arrel y a la filosofía de su trabajo forestal no siempre bien entendida desde ciertos sectores. Pero también una proyección de futuro con propuestas concretas para el desarrollo económico rural sostenible como es el pago de compensaciones a los propietarios forestales por los servicios ecosistémicos de sus masas forestales, de las cuales nos beneficiamos todos, que propone Ricardo Almenar en su libro El bosque protector.

Los cerca de 200 asistentes pudieron comprobar insitu la labor realizada por L’Arrel y visitar de un NDR (Núcleo de Dispersión y Reclamo) para ver los resultados de 30 años de trabajo, en forma de árboles de hasta 8 metros de altura (robles de hoja pequeña, fresnos de flor, Madroño, arces, tejos, mostajos, encinas, tamariscos, almeces, fresnos de hoja estrecha, álamos), una buena compilación de especies arbustivas y las cajas-nido instaladas y otras medidas de gestión forestal sostenible. Un NDR que Samarucdigital tuvo la oportunidad de visitar en el 2018 para el reportaje que encabeza este artículo. 

Entre los participantes en la jornada pudimos encontrar a diferentes colectivos como Geograns (coordinado por Artemi Cerdà, catedrático de geografía física de la Universitat de València), profesores de l’IES núm. 26 La Misericòrdia (València), Club Integral de Muntanya (CIM-València), Acció Ecologista Agró, del Col·legi Oficialde Biòlegs de la Comunitat Valenciana (COBCV), El Brot (Canals), Societat d’Amics de la Serra d’Espadà, UVUA (Un Voluntario Un Árbol), València amb bici – AE-Agró, ADENE-Enguera, del Jovent Republicà (ERC), el profesor de la Universitat d’Alacant (departamento de ecologia) i miembro de l’IMEM Ramon Margalef, así como una representación municipal de l’Ajuntament d’Ontinyent, Sayo Gandia i Boronat, como Regidora Coordinadora del Área de Política Económica, Sostenibilidad i Projectos Europeos y Natàlia Enguix i Martínez, como Regidora Coordinadora del Área de Igualdad i Gobierno Abierto. 

Se contó también con la participación de Diego Marín i Fabra, Director General de Prevención de Incendios Forestales y de En Francisco Javier Quesada i Ferre, Director General de Medio natural de la Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática. Este último miembro cofundador de la Colla Ecologista y que destacó la parte emocional de la Colla, en la que tiene grandes amigos, el conocimiento adquirido en todos estos años y la labor divulgativa y de concienciación que desarrolla  en la zona.

Carles Arnal, político y biólogo, presente en la jornada, destacó el carácter voluntarista de la Colla y una demostración de cómo se puede regenerar el bosque sin destrozar, sin alterar y ayudando a los procesos naturales. 

La jornada acabó con una comida en la finca Torrefiel, la casa-palacio de los Condes de Torrefiel, a los Alforins, con presentación de los proyectos de bodega de garaje de Rafa Cambra y Fil·loxera & Cía