El Mijares es el río más importante de las comarcas castellonenses. Nace en El Castellar (Teruel) a 1600 metros de altitud en la sierra de Gúdar y tras recorrer 156 kilómetros desemboca entre las poblaciones de Burriana y Almazora. Es difícil encontrar tramos bajos de ríos valencianos con la vegetación de ribera bien conservada y cursos fluviales que no estén canalizados. Pero el Mijares en su tramo final es una excepción. El río discurre encajado entre materiales geológicos recientes. Tiene un gran valor paisajístico y ecológico como excepcional ambiente de ribera perfectamente conservado en muchos lugares. Uno de ellos es precisamente la ruta botánica dedicada al famoso farmacéutico y botánico vila-realense Manuel Calduch i Almela. La UNESCO calificó su herbario como uno de los mejores del Mundo con más de 6 mil muestras diferentes de todo nuestra geografía. Por ejemplo el famoso ungüento llamado Suavina fue un invento del ilustre botánico Calduch.

El Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars

El  formado por los ayuntamientos de Burriana, Almazora y Vila-real junto con la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana es el encargado de velar por la conservación del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars. Entre muchas otras responsabilidades vigila el buen uso que hace la ciudadanía de las rutas que transitan por el paraje. Una de las más utilizadas es la ruta botánica que se inicia en el azud de Vila-real y finaliza en la ermita de Santa Quiteria de Almassora. Por ejemplo más de 70 mil alumnos de muchos pueblos y ciudades de diversas comarcas castellonenses y valencianas la han recurrido en los últimos 30 años. El sendero incorpora una gran cantidad de elementos adecuados para la formación, no sólo de niños y niñas sino también de cualquier persona: un espléndido bosque de ribera, plantas rupícolas, un azud, varias ermitas, molinos, acequias, un pequeño embalse y el río Mijares circulando apacible y tranquilo.

Una ruta para todo el año

Cualquier momento del año es adecuado para caminar por la ruta botánica de Vila-real. Se trata de un recorrido corto de poco más de 4 kilómetros, entre ida y vuelta. El camino discurre por el margen derecho del río y está orientado al norte, lo que hace que sea muy fresco durante los meses más calurosos del año. Existe un momento mágico para recorrer la ruta como es la primavera. El caminante podrá disfrutar de toda la floración típica de la ruta y además si tiene ganas de pararse a escuchar los ruidos de la naturaleza, descubrirá el canto de diversas aves de la ribera y el rumor quieto del agua.