La recuperación del Aguilucho lagunero en la Comunitat Valenciana

El Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) se consolida en la Comunidad Valenciana y sale del peligro de extinción. La especie alcanza un máximo de al menos 33 parejas repartidas en las tres provincias de la Comunitat Valenciana. y por primera vez se detecta nidificación en localidades del interior como Camporrobles y Villena. En 2016 Samarucdigital acompañó a técnicos de Consellería de Medio Ambiente y Seo/birdLife a una jornada de censo de la especie en l’Albufera de València, que se puede ver en el video.

El Aguilucho  lagunero (Circus aeruginosus), relativamente común como invernante en zonas húmedas, se extinguió en la Comunitat Valenciana como nidificante en los años 80, tras las últimas reproducciones registradas en el Prat de Cabanes-Torreblanca. Precisamente en este mismo espacio volvió a nidificar en el año 2000, haciéndolo de forma regular a partir de 2003, iniciando un lento proceso de recolonización del territorio. Tras el censo de 2021, realizado por la Consellería de Emergencia Climática y Transición Ecológica y Seo/BirdLife, esta especie, considerada en Peligro de Extinción en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas, se aleja del mayor nivel de riesgo, lo que justifica su reclasificación como Vulnerable en la revisión del citado Catálogo.

"Esto confirma que el seguimiento continuado y la protección de todos los lugares de nidificación ha sido exitosa en la recuperación de la especie", ha comentado el director general de Medio Natural, Julio Gómez Vivo.

El aguilucho lagunero experimentó un fuerte declive poblacional en nuestro país a mediados del siglo pasado debido a la desecación, contaminación o destrucción de zonas húmedas, lo que redujo la población, a finales de la década de los ochenta, a apenas 200 parejas reproductoras en todo el territorio. A partir de ese momento, comenzó un esperanzador proceso de recuperación, que fue particularmente notable en lugares como Andalucía, Navarra, La Rioja, Madrid, Cataluña o Extremadura.

Tendencia creciente en los últimos 20 años en la Comunitat Valenciana

En la Comunitat Valenciana la especie es común como ave invernante, bastante regular durante los pasos pre y postnupcial en migración en septiembre, llegando a formar dormideros de hasta 400 individuos en los meses invernales en l’Albufera de Valencia según datos de la Societat Valenciana d'Ornitologia (SVO). Los ejemplares invernantes se distribullen principalmente por todos los humedades de la costa en las tres provincias: Parc Natural del Prat de Cabanes Torreblanca, la marjalde Nules, l'estany d'Almenara, el Paisatge Protegit de la Desembocadura del riuMillars, la marjal del Moro, la marjal del Puig, la marjal de Rafalell i Vistabella, marjal de Xeresa-Xeraco, l Parc Natural de la marjal de Pego-Oliva i Parc Natural de l'Albufera deValència, les salines deSanta Pola, Parc Natural del Fondo d'Elx-Crevillent i Salines de la Mata. 

 Agilucho lagunero (Circus aeruginosus). Foto Pablo Vera

Sin embargo, no es tan abundante durante los meses de primavera y verano, donde prácticamente desaparece de nuestros humedales en el periodo de reproducción, extinguiéndose como nidificante en la Comunitat Valenciana en la década de los 70 del siglo pasado. Pero la especie ha tenido una tendencia creciente en los últimos 20 años. A partir de su reaparición como nidificante en el Prat de Cabanes-Torreblanca en el año 2000 colonizó en 2008 el embalse de Embarcaderos (Cofrentes), donde se mantiene desde entonces.

En 2012 apareció en l'Albufera, donde no se registraba su reproducción desde hace más de 40 años. A partir de 2013, por primera vez en décadas, consiguió reproducirse en las tres provincias, y es en 2021 la primera vez que se detecta su nidificación en localidades del interior como Camporrobles y Villena. No obstante, la población más importante sigue siendo la del Prat, que alcanza la mayor cifra de parejas nunca registrada, con un total de nueve.

Hábitat y costumbres

El aguilucho lagunero occidental, Circus aeruginosus, es una típica ave de presa de marismas y humedales donde encuentra extensas formaciones de carrizos, espadañas, eneas, juncos o masiegas, en los que instalar nidos y dormideros. Fácil de identificar y distinguir de otros aguiluchos por su mayor envergadura y robustez. La especie presenta un acusado dimorfismo sexual, ya que la hembra es bastante mayor y más pesada que el macho, y ambos sexos exhiben plumajes muy diferentes. Las hembras adultas resultan bastante más oscuras y menos contrastadas que sus parejas, luciendo  un plumaje dominado por los tonos pardos oscuros. Mientras el macho presenta tonalidades más claras tirando al ceniza en las partes inferiores y en las alas.

  Agilucho lagunero (Circus aeruginosus). Foto S.Arrollo

Pero un estudio de 2011 de Audrey Sternalski, Francois Mougeot y Vincent Bretagnolle publicado en la revista científica británica “Biology Letters”, revelaba de que en esta especie, un 40 por ciento de los machos presentan un plumaje permanente, a lo largo de su vida de tipo “hembra” y que durante la época de nidificación, estos machos “travestidos” o “afeminados” obtienen ventajas reproductoras en cuanto a que no realizan enfrentamientos con otros machos “típicos” cercanos y cuentan con más tiempo para el emparejamiento, lo que supone un claro ahorro energético. Comentan además estos autores, que incluso esos machos “camuflados” se muestran más agresivos con otras hembras que con los machos típicos.

La dieta de esta rapaz resulta francamente variada e incluye todo tipo de pequeños y medianos mamíferos como roedores o conejos, presas fáciles, com huevos y  pollos de aves acuáticas y otras que han sido heridas en las cacerías, anfibios, culebras, lagartos, peces e, incluso, insectos.

Amenazas

Además de la disminución de la superficie disponible para la ubicación de los nidos, las transformaciones agrícolas y el empleo de productos fitosanitarios contribuyen a la degradación de su hábitat de caza y alimentación.

La electrocución, el expolio de nidos y la caza ilegal son sus mayores amenazas. Casi la mitad de las aves recuperadas en España han sido ejemplares abatidos por disparos. El plumbismo también la afecta tanto por ingestión de animales previamente contaminados como por ingestión directa de perdigones de plomo a través de sus presas.

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