La problemática del río Xúquer

Acció Ecologista, AGRÓ, AEMS Ríos con Vida, Centro Ibèrico de Restauración Fluvial (CIREF), Fundació Nova Cultura de l'Aigua (FNCA) i Xúquer Viu exigen a las administraciones competentes una gestión participativa y efectiva sobre el río Júcar a su paso por la Ribera, donde los ciudadanos y sus organizaciones podamos deliberar, contribuir a la toma de decisiones y a la adopción de medidas que reviertan el crítico estado de degradación que presenta actualmente.

El sábado 6 de mayo las organizaciones firmantes organizamos un recorrido por el río Júcar para observar sobre el terreno la problemática que año tras año hemos ido constatando a través de los datos de las administraciones y de centros de investigación. En cada una de las paradas del recorrido se realizaron exposiciones por parte de expertos que ayudaron a hacer entender el estrés hídrico en que se encuentra por las presiones externas y los diferentes impactos que impiden que el río desarrollo su potencial de vida.

El estado de los ríos de la demarcación del Júcar, reclama la presa de medidas urgentes para frenar la sobreexplotación, la contaminación excesiva por nitratos en numerosos acuíferos, la contaminación por pesticidas, el mal funcionamiento o ausencia de depuradoras en varios municipios, las extracciones ilegales de agua con bombas y en pozos sin licencia, la eliminación de los hábitats de riberas, la presencia de especies invasoras de flora y fauna, las carencias de un marco regulatorio que potencio la agricultura ecológica, el elevado número de presas y assuts, la falta de adecuación de los regímenes de caudales actuales, la desprotección del Dominio Público Hidráulico –que es de todos–, las infraestructuras agresivas y las zonas urbanizadas en espacios que tenían que haberse respetado –cómo son las llanuras de inundación– y el reparto insostenible del agua.


Las organizaciones firmantes reclamamos la recuperación de la cama fluvial y la renaturalización de las riberas porque ayudan a dar oxígeno a los pulmones del río, que son los bosques de ribera cuando funcionan como verdaderos corredores de biodiversidad y que, en la actualidad, se encuentran alterados por especies invasoras, como las cañas, que impiden en los pueblos riberencs el acercamiento al río y el goce de una belleza, hoy perdida en un cauce de rompeolas escarpados que impiden el acceso al río. Para lo cual es necesario que la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Generalitat Valenciana se implican y refuerzan el trabajo de ONG’s medioambientales, como el colectivo dea Muntanyeta dels Sants-AE Agró, que lleva a cabo la restauración de ribera en una pequeña zona elevada de la assut de Sueca o Conecta Natura, que defiende y practica la custodia fluvial del territorio en la Comunidad Valenciana.

Esperamos que se trabajo en común en la recuperación de los bosques quemados en las vertientes del río ante la pérdida de suelo por erosión que están provocando. El riego por goteo, promovido como la panacea en el ahorro del agua, no ha devuelto caudales a los ríos, sino que ha contribuido a la intensificación y extensión del regadío. Por otro lado, la gestión centralizada de estos sistemas de riego y fertirrigació dificultan la transición a la agricultura ecológica. Este modelo agrícola tendría que ser incentivado especialmente en franjas longitudinales limítrofes a los bosques de ribera, con el fin de reducir la carga contaminante que llega a nuestros ríos por derramamiento.


Cuando el río se aproxima al mar es testigo de las consecuencias de la especulación inmobiliaria que afecta al estuario en Cullera. Además del tremendo impacto de la falta de sedimentos y nutrientes que tendrían que llegar al mar, por las barreras que suponen los assuts y la presa de Tous, estas ocasionan una pérdida de biodiversidad irremediable, puesto que cierran el paso migratorio a los pescados al interrumpir la conectividad con el mar. La falta de variabilidad hidrológica y la alteración de los regímenes de caudales, debidas a una gestión del agua al servicio de los intereses agrarios, impiden la recuperación de los ecosistemas acuáticos, incluido el estuario, puesto que estos caudales regulados, de los cuales se ha eliminado la variabilidad propia de su régimen natural, causan un efecto “de encefalogramaplano” que va acabando con la biodiversidad de especies nativas, adaptadas históricamente a la variabilidad debida a crecidas y estiatges.

Estamos convencidos que, mediante el diálogo, la deliberación y la busca del consenso por parte de las administraciones públicas, regantes, entidades medioambientales y otros colectivos y ciudadanos, en procesos de participación social activa, muchas de las problemáticas estarían resueltas o en vías de solución. Por nuestra parte estaremos siempre dispuestos a ayudar para mejorar aquello que tanto estimamos, los ecosistemas acuáticos y los paisajes del agua. ¡Por un futuro de vida para el río!

Etiquetas