La saga botánica de los Pellicer continua, de La Safor a Londres

Jaume Pellicer es sobrino del médico y etnobotánico Joan Pellicer. Si Joan se especializó en el estudio de los usos tradicionales de las plantas silvestres mediterráneas, Jaume, como biólogo evolutivo, investiga el genoma de las plantas en el Jardín Botánico de Kew, en Londres. Son dos caras de una misma pasión: La Botánica.

No es lo mismo ser hijo de un actor de Hollywood que sobrino de un etnobotánico, aunque si el etnobotánico es Joan Pellicer, la lupa se acerca y resulta inevitable buscar parecidos. Jaume Pellicer considera la etnobotánica como una disciplina útil para dar un respiro a los ecosistemas sobreexplotados.

Un ejemplo; si para obtener una sustancia química se explota una única especie vegetal, la estamos llevando a la extinción. Si buscamos otras plantas con el mismo componente y conseguimos cultivarlas, los ecosistemas silvestres pueden regenerarse y sobrevivir. La diferencia primordial entre “Los Pellicer”, es la vertiente molecular de la investigación llevada a cabo por Jaume.

Fuga de cerebros

Jaume Pellicer, de Bellreguard, estudió biología en Valencia, se doctoró en Barcelona y para completar la formación postdoctoral obtuvo una plaza en el  Jardín Botànic de Kew , en Londres. Un trabajo para dos años se ha convertido en una ocupación definitiva. El botánico ha pasado a engrosar la lista de jóvenes emigrantes que han tenido que salir fuera de España para garantizarse un futuro laboral “estable”. Pellicer se lamenta por no poder devolver la inversión hecha con él por el Estado, pero la realidad es la que es, y la puerta a la investigación científica aquí, de momento, está cerrada.

El Paraíso de la Botánica

El Real Jardín Botánico de Kew es el sueño de muchos botánicos. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ocupa 130 hectáreas de superficie junto al Támesis en su paso por el sud-oeste de Londres. En el crecen miles de árboles diferentes llegados de diferentes partes del mundo, un 2% de las plantas superiores del planeta.

En un entorno de primer orden, Jaume Pellicer estudia el misterio del ADN Repetitivo, también conocido como ADN Basura, en la evolución del Genoma (secuencias repetidas en el organismo en un porcentaje de más del 40 por ciento del total, de las que no se conoce su función) así como la evolución genética de grandes grupos de flora y su distribución espacial en los ecosistemas.

Jardín Botànic de Kew, a Londres. Foto: Jaume Pellicer.

Esencia de la vida

Cada ser vivo tiene un genoma o conjunto de secuencias de ADN, molécula presente en las células encargadas de almacenar la información genética. Un gen es un segmento de ADN con las características del ser vivo que se transmite de padres a hijos. El genoma i el ADN son la esencia de la vida

En genética hay que diferenciar entre Diversidad, o características genéticas dentro de una especie y Cantidad, o tamaño del genoma. Si deseáis conocer más datos sobre Genética, os adjunto un artículo titulado “La Grandària del Genoma i la Complexitat dels éssers vius” publicado en la revista de la Universidad de Valencia.

No somos la especie con más genoma

Si sólo nos fijamos en la cantidad de ADN, la especie humana no llega a ocupar pódium. Por tanto, aunque lo creamos, no somos el centro del universo genético. Nuestro Genoma contiene 3 y pico gramos de ADN, mientras que una planta llamada Paris Japonica multiplica esa cantidad situándose en 150 pico gramos, una barbaridad como señala en su artículo “Paris Japonica, una planta con el mayor genoma”. Se trata de un endemismo de montaña de Japón. En la península ibérica tenemos dos especies hermanas: la Paris Quadrifolia i la Veratrum Album.


Más curiosidades sobre el ADN humano a raíz de las conclusiones del Proyecto Genoma Humano

A más cantidad de Adn, mayor nivel de amenaza

Un genoma de gran tamaño significa haber comprado muchas papeletas para el sorteo de acceso al selecto club de los Catálogos de Espécies Amenazadas del mundo. Jaume Pellicer nos cuenta que todo es cuestión de eficiencia ala hora de completar el ciclo celular. Las denominadas malas hierbas, con un genoma reducido, delante de una agresión ambiental están preparadas para generar muchas semillas y colonizar el territorio con rapidez. Por el contrario, las especies botánicas con un genoma de gran tamaño, como la Paris Japonica, necesitan más tiempo para completar el ciclo vital (multiplicación de células) y con ello menos probabilidad de subsistir. Además, las plantas con genomas grandes son exclusivamente perennes.

Paris japonica. Foto: Kinugasasou in Hakusan

Cambio Climático y Genoma.

El biólogo evolutivo, Jaume Pellicer nos avanza que el cambio climático global afecta la diversidad genética de las plantas, no tanto el tamaño del genoma. A pesar de ello, recomienda continuar investigando para implementar políticas proteccionistas que eviten la pérdida de diversidad genética y crear patrones a gran escala para poder predecir los ecosistemas más vulnerables al cambio climático.

Si has llegado hasta aquí es porque la Genética te interesa. Te recomendamos escuchar la entrevista de SamarucDigital a Jaume Pellicer y visitar la web del donde el grupo de investigación dirigido por el profesor Josep Antoni Rosselló, Diversitat Vegetal i Evolució, también realiza trabajos relacionados con la Genética.

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