El Puerto de Valencia es el primero en movimiento de contenedores en el Mediterráneo y uno de los más importantes del mundo. Cada año pasan por aquí más de 4 millones de contenedores de media y la tendencia es al alza. Al mismo tiempo es uno de los puertos que más cantidad de medidas medioambientales ha introducido en los últimos 20 años, para tratar de reducir el impacto de su actividad. Durante 24 horas al día el consumo de energía es constante en la entrada y salida de las grandes embarcaciones y el traslado de las mercancías que transportan. Además de la contaminación atmosférica, la ocupación del territorio, la alteración de los usos del suelo o la contaminación del agua son otras de las afecciones que provoca su actividad.

La Autoridad Portuaria, junto con varias empresas, participa en 12 proyectos para reducir el impacto ambiental que provocan los puertos de Valencia, Sagunto y Gandía. Federico Torres, director del Área de Seguridad y Medio Ambiente, explica que en actuaciones suponen una inversión global de 140 millones de euros. La intervención más importante se centra en la reducción del consumo de gases de efecto invernadero, que incluye la incorporación de tecnologías híbridas y sistemas de iluminación dinámica que se activan sólo en función de las necesidades productivas para ahorrar consumo energético. Estas actuaciones han conseguido reducir en un 17% la huella de carbono del Puerto y, al mismo tiempo, incrementar en un 14% el volumen de mercancías en el último año, según acreditan las medidas realizadas desde 2008 en conexión con el Ministerio de Medio Ambiente.

20 años de actuaciones

Todas las actuaciones relacionadas con el medio ambiente que se desarrollan en los puertos de Valencia, Sagunto y Gandía aparecen recogidas en la guía "Vivir el Puerto ambientalmente", editada por la Autoridad Portuaria. En las instalaciones se toman también medidas constantes sobre la calidad del aire, el suelo, el agua o los niveles de contaminación acústica. Desde hace 20 años el Puerto de Valencia es pionero en tratar de minimizar el impacto de sus actividades como destaca del presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, que recuerda como sus actuaciones van más allá del cumplimiento estricto de la normativa medioambiental.

La última de las iniciativas que se están poniendo en marcha es la construcción de una estación de gas licuado. La nueva legislación europea obliga a que las embarcaciones utilicen este combustible, pero además en Valencia se destinará al funcionamiento de las grúas y otras infraestructuras que demandan un elevado gasto energético.

El censo de las aves que viven en el entorno del área portuaria, o de las especies vegetales que viven en el agua aparecen recogidas en dos guías naturalistas patrocinadas por la entidad. A más largo plazo, se estudia la implantación de energía eólica dentro de una política en constante movimiento.