El castigo de Sísifo en las playas valencianas
Poner arena para recuperar las playas que el mar se lleva cada temporal. Año tras año. Hacer y deshacer. Trabajo realizado y perdida. Ahora la administración ha comenzado las actuaciones para retornar a la costa el espacio engullido por el mar. La geógrafa Eulalia Sanjaume hace un análisis de cómo se ha dejado nuestro litoral desvalido ante las inclemencias del tiempo y apunta algunas propuestas para remediarlo.
Cuenta el mito griego que Sísifo subía cada día un canto rodado cuesta arriba y cuando ya casi estaba en la cima el canto rodado caía hasta el valle y tenía que volver a empezar. El litoral valenciano está sufriendo un proceso similar. Poner arena que se lleva el siguiente temporal y volver a empezar. Las defensas naturales ante la fuerza de las olas y el viento han ido disminuyendo como consecuencia de la acción del hombre. El mar se come las playas que se rellenan de arena hasta el siguiente temporal. Para Eulalia Sanjaume, catedrática de Geografía Física de la Universitat de València, ahora estamos viendo los resultados de lo que comenzó en los años 60 con la urbanización de la costa con infraestructuras y viviendas, la creación de puertos y la modificación de los cauces de los ríos.
Las dunas, parte fundamental de la estructura de protección natural de la costa, han sido eliminadas para construir paseos marítimos de obra. El resultado de este hecho es la rotura del equilibrio de la regeneración natural de las playas.
Espigones inútiles
Por otra parte, los espigones han demostrado su inutilidad. Eulalia Sanjaume se muestra pesimista. Y apuesta por una solución artificial para que la natural no es ya posible. Pero esta experta en playas propone profundizar en la técnica que se utiliza para regenerar la costa. Propone que se use material más grueso como grava o guijarros y que se estudie la pendiente de cada playa, de la sumergida y de la que está a la vista de todos.
Eulalia Sanjaume asegura que “la solución al problema tiene muchas vertientes y pasa por una política medioambiental valiente” y enumera una serie de acciones que deberían ponerse en marcha ya como no dar más permisos para urbanizar la costa, ni para hacer o ampliar los puertos, olvidarse de los espigones y proteger la playa bajo el mar con arrecifes artificiales que permitirían retener la arena durante más tiempo.