BirdLife pide a la ONU que incluya un medio ambiente sano como derecho humano
Hoy, en una carta abierta al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, la principal asociación mundial de conservación de la naturaleza, BirdLife International, celebra el 50º aniversario del Día de la Tierra haciendo un llamamiento a las Naciones Unidas para que dé un paso audaz y sin precedentes: declarar un medio ambiente sano como un derecho humano fundamental.
La carta, publicada íntegramente a continuación, pide a las Naciones Unidas que, como parte de su respuesta a la pandemia del coronavirus, añada un “ARTÍCULO 31” a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el que se consagre el derecho universal a un medio ambiente natural sano garantizado por las políticas públicas y regido por la sostenibilidad, el conocimiento científico y la sabiduría tradicional.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos surgió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial y estableció por primera vez los derechos humanos fundamentales que deben ser protegidos a nivel mundial. Sus 30 artículos cubren temas como la tortura, la esclavitud y la educación, pero no incluye ningún artículo sobre la conservación del medio ambiente, del que depende la vida, la salud de las personas y su desarrollo social y económico. Si tiene éxito, sería la primera vez que se añade un artículo desde que se proclamó la Declaración en 1948.
”La COVID-19 es la mayor crisis mundial desde la Segunda Guerra Mundial. Pero si bien la pandemia es devastadora, también ofrece a los líderes mundiales la oportunidad, y de hecho la obligación, de transformar la sociedad, para proteger aún más nuestro bienestar y el de las generaciones futuras”, dice Patricia Zurita, CEO de Birdlife International. “La salud de nuestro planeta es nuestra salud. Los humanos dependemos de la naturaleza para nuestra supervivencia, pero nuestras acciones han alterado el equilibrio natural de la Tierra”.
Estamos inmersos en la doble crisis del clima y de la biodiversidad, que ha puesto a más de un millón de especies en peligro de extinción, y que también afecta negativamente a la salud humana. La pandemia actual tiene sus raíces en la pérdida de hábitat y el comercio ilegal de especies. Y como en el caso de las crisis climática y de la biodiversidad, la COVID-19 pone de relieve una vez más la necesidad y la posibilidad de que la humanidad tome conciencia de que estamos todos conectados y trabaje de forma unida y coordinada para dar una respuesta urgente.
”En el pasado se han hecho esfuerzos para incluir el derecho a un medio ambiente saludable”, dice Melanie Heath, Directora de ciencia y política de BirdlifeInternational. “Hoy en día, esperamos que la gravedad de la pandemia sea una llamada de atención lo suficientemente fuerte como para que las Naciones Unidas y los ciudadanos del mundo se unan para restaurar la naturaleza y protegernos de crisis similares en el futuro”.
”El artículo 31” sería un regalo para el mundo y las generaciones futuras. Y qué momento más apropiado para lanzar un manifiesto por ello que el Día de la Tierra”, dice Asunción Ruiz, Directora Ejecutiva de SEO/BirdLife. ”En lugar de aprender de la crisis del coronavirus, algunos líderes la utilizan cínicamente como excusa para hacer retroceder la protección del medio ambiente. Consagrar un medio ambiente natural sano como un derecho humano será un logro que beneficiará a la humanidad en los siglos venideros, y es la única manera de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”.
La carta hace un llamamiento urgente para que el derecho del Artículo 31 a un medio ambiente natural saludable sea incluido en la agenda de la cumbre de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad en septiembre de 2020, con el objetivo final de su aprobación en diciembre de 2023, para conmemorar el 75º aniversario de la adopción de la Declaración Universal por la Asamblea General.
Esta carta forma parte de un impulso más amplio para mejorar la política sobre el clima y la naturaleza al final del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, y es un llamamiento abierto al resto de la sociedad civil del planeta para que la apoye; la inclusión del derecho a un medio ambiente natural sano es una tarea que todos deberíamos respaldar si queremos proteger nuestro bienestar, nuestra supervivencia y salvar nuestro planeta.
CARTA ABIERTA DE BIRDLIFE INTERNATIONAL AL SECRETARIO GENERAL DE LA ONU SOBRE LA NECESIDAD DE RECONOCER EL DERECHO DE LOS SERES HUMANOS A UN MEDIO AMBIENTE SANO
Para el Excelentísimo Sr. D. António Guterres
Secretario General de Naciones Unidas
Hoy, en el 50º aniversario del Día de la Tierra, como si la incesante rotación del planeta se hubiera ralentizado y casi detenido, el coronavirus ha supuesto un desafío sin precedentes. Nos conecta a todos en nuestra fragilidad y en nuestra íntima conexión con nuestro planeta y con la naturaleza.
Ya sea confinados en nuestros hogares o tratando de mantener la ahora necesaria distancia social, cuidando heroicamente a los enfermos y moribundos, o continuando con la prestación de servicios públicos esenciales, incluso con riesgo de contagio… todos nos preguntamos ¿cómo hemos llegado a esta situación?
Es por eso que, en este momento trascendental en la historia de la humanidad, necesitamos su liderazgo al frente del timón de Naciones Unidas. La salud de nuestro planeta, de nuestros ecosistemas, de nuestras economías, e incluso de nosotros mismos, claman ahora para que la Asamblea General reconozca nuestro derecho universal a vivir en un entorno natural sano garantizado por políticas públicas regidas por la sostenibilidad considerando el conocimiento científico y la sabiduría tradicional.
Le invitamos, le imploramos, a pedir una ampliación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas añadiendo un nuevo artículo 31, que reconozca el derecho a un medio ambiente sano. Incluyendo esta petición en el programa de la Cumbre de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en septiembre de 2020, podría lograrse su aprobación en diciembre de 2023, para marcar el 75º aniversario de la adopción de la Declaración Universal por la Asamblea General.
El desprecio y la indiferencia, hasta llegar a su destrucción, con que la humanidad ha tratado a nuestro entorno natural y a las demás especies con las que compartimos nuestro maravilloso planeta, son directamente responsables de esta situación.
Sabemos que, aún afligidos por el dolor y la pena y sumidos en una crisis económica, dejaremos atrás al coronavirus. Pero una vez que lo superemos, no escaparemos de las graves crisis climática y de biodiversidad, tan relacionadas una con otra, y veremos cómo nuestra falta de atención al planeta afecta a otros derechos humanos universales como el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad.
La ciencia ahora es clara. En esta crítica “Década de la Acción”, debemos tomar las medidas necesarias para salvar los ecosistemas del planeta de su colapso. Si no se abordan decididamente, los efectos del calentamiento global y la pérdida de biodiversidad en la salud de las personas y sus economías serán irreparables.
Así como la declaración inicial de los derechos humanos se forjó de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, también ahora debemos aceptar el reto de encontrar una mejor y nueva forma de comportarnos con nuestro planeta. La inspiradora y decidida Greta Thunberg, y el movimiento mundial de la juventud que ha creado, son las caras del futuro que ponen en evidencia, de manera muy incómoda, lo que supone no asegurar la salud del planeta como un derecho humano básico. De hecho, ya corremos el riesgo de ignorar y socavar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 si no atendemos el desafío de ese cambio social tan necesario y transformador.
Sabemos que ampliar la Declaración Universal de Derechos Humanos es un acto de enorme trascendencia. Pero estamos convencidos de que este momento de crisis se necesita su coraje y liderazgo para hacer frente al colapso de los ecosistemas y al irreversible calentamiento del planeta. No hay nada más sagrado que nuestra magnífica Tierra, y quizás nunca ha habido un momento más importante para consagrar un derecho humano que nos obligue a todos a respetarla en nuestro propio beneficio.
En BirdLife International, una gran familia de ciudadanos, científicos y conservacionistas de más de 100 países, fundada en 1922 poco después de la Sociedad de Naciones, creemos que compartimos esta responsabilidad histórica. Por lo tanto, como observador de la sociedad civil reconocido por Naciones Unidas, le instamos humildemente a que plantee esta cuestión en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre.
Agradecemos su urgente atención a esta cuestión y estamos dispuestos a avanzar y movilizar a los ciudadanos del planeta, en todos los continentes, por todos los mares y océanos, para que respalden ese trascendental llamamiento y apoyen su liderazgo.
Atentamente,
Patricia Zurita
Directora Ejecutiva de BirdLife International, en nombre de la Asociación BirdLife International.
PARA SABER MÁS, Y PARA FIRMAR LA PETICIÓN PÚBLICA DE BIRDLIFE PARA APOYAR EL ARTÍCULO 31: www.birdlife.org/healthyplanet