nas 8,8 toneladas de residuos acaban en el mar cada año en el mundo, la mayor parte de ellos procedentes de tierra firme. El problema ha convertido los océanos en grandes vertederos y los que lo notan cada día son los pescadores, cuando recogen sus redes. Para tratar de concienciar a la ciudadanía de la suciedad acumulada en el mar, la Cofradía de Pescadores de Calpe ha organizado una limpieza de los fondos marinos y de las playas de esta población de la Marina Alta. En la iniciativa también han participado el Ayuntamiento de la localidad, la Asociación Sabor a Calpe, el Instituto de Medio Ambiente y Ciencia Marina (IMEDMAR) de la Universidad Católica de Valencia y varios colectivos y asociaciones como Biogradables, dedicada concretamente a la concienciación ciudadana ante el aumento de residuos en el mar. Durante la actuación, el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes, ha presentado una línea de ayudas destinada a los pescadores para fomentar la retirada de residuos sólidos.

En total la recogida ha permitido sacar del medio marino de Calpe 2000 kilos de residuos, en una actuación donde han participado 66 buceadores y decenas de voluntarios en tierra. En la edición del año pasado la cifra de residuos reiterado fue de 1500 kilos. Neumáticos, artes de pesca, todo tipo de plásticos, numerosas colillas e incluso un secador de pelo son parte de la basura retirada. La mayor amenaza y más difícil de eliminar proviene de los microplásticos, que se forman debido a la descomposición de las piezas más grandes y terminan siendo ingeridos por todo tipo de especies de la fauna marina, entre ellos las que consumen los humanos. Lo mismo ocurre con los palillos higiénicos que acaban en los intestinos de muchos animales, causándoles graves afecciones e incluso la muerte.

Invasión de plásticos en la plaza de la Virgen

Un escenario muy diferente fue motivo de otra acción reivindicativa protagonizada por los voluntarios de Bioagradables. Un grupo de jóvenes con trajes hechos con todo tipo de desechos, de los que cada día lanzamos a la basura, ocupan el centro de la plaza de la Virgen de Valencia un viernes por la tarde. Llevan pegados al cuerpo todo tipo de envases, envoltorios y otros residuos. Mientras pasean en silencio por la céntrica plaza, los peatones los observan sorprendidos. Algunos se detienen y asienten observando los textos de las pancartas que los voluntarios exhiben con lemas como "más reciclar y menos excusas", "estas fiestas consume local" o "plástico, no gracias". Los voluntarios se reúnen en el centro de la emblemática localización, ante la basílica de la Virgen y muy cerca de la puerta de los Apóstoles de la Catedral para finalizar la acción como ha comenzado, en un silencio reivindicativo para motivar las acciones individuales en la reducción de residuos.

Bibliotecarios y documentalistas

Las acciones de Biogradables se diversifican y crecen en imaginación. La idea de crear esta organización surge entre un grupo de jóvenes inquietos en la playa del Saler, en Valencia, ante la gran cantidad de desechos que se acumulan en las playas. Emilio Beladiez y otros compañeros deciden hacer una convocatoria de limpieza mediante las redes sociales y el grupo no ha parado de crecer desde entonces. La asociación colabora en el proyecto IVLP, que en España desarrolla la embajada de Estados Unidos para intercambiar, potenciar y conectar iniciativas educativas en diferentes partes del mundo. Dentro Bioagradables se reúnen voluntarios de diferentes países como Italia, Chipre o Brasil. Muchos de ellos tienen formación relacionada con la biología y el mundo marino, y a todos les une la intención de lanzar un mensaje de esperanza y de solidaridad para reducir el volumen de residuos que lanzamos.

Una de las últimas acciones del grupo está relacionada con la celebración de una reunión del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunidad Valenciana, celebrado en Valencia. Entre los debates propuestos por la organización se programan actividades paralelas, relacionadas con ideas e iniciativas que conectan el mundo de la documentación con acciones de interés público y social. En la presente edición, la aportación de Biogradables ha servido para ofrecer a los bibliotecarios y documentalistas una manera de actuar sobre la conciencia medioambiental de la gente, para implicarlos en la reducción de residuos. Un paseo en barca por l'Albufera ha servido para conectar este colectivo con la naturaleza.