A pesar de que los ciudadanos en los países ricos de occidente somos conscientes de que el agua es imprescindible para nuestra vida cotidiana e industrial, nos olvidamos siempre de que es un bien escaso y, en general, nos olvidamos de hacer un uso responsable del preciado elemento liquido. Siempre nos acordamos de su importancia cuando, por avería de una costosa red de aprovisionamiento, no sale el agua del grifo y la vida se nos complica. Nos es difícil imaginar la vida sin agua y es que sin agua es imposible la vida.

Es paradójico que en un planeta en el que su superficie está constituida por tres cuartas partes de agua, 1.100 millones de personas sigan careciendo de acceso a cualquier tipo de fuente mejorada de agua, casi un 15% de la población mundial. La falta de acceso a agua potable tiene como consecuencia que cada año un total de 1,6 millones de personas mueran de enfermedades diarreicas, de entre las cuales el alarmante 90% son niños y niñas de tan sólo 5 años. Mientras tanto, en Europa, empleamos de media por habitante y día un total de entre 200 y 300 litros de agua, siendo tan sólo 50 los litros suficientes de consumo diario por persona según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Y es que en el mundo consumista en el que los humanos devoramos recursos más allá de los límites de regeneración del planeta, vivimos de espaldas a la realidad que nos aportan los científicos. Se calcula que dentro de tan sólo de 30 años, 2050, la población mundial será, con permiso de la Covid-19, de 7.594 millones de personas, por lo que el estrés hídrico será aun mayor al que soportamos hoy. Esto implicará que la demanda de agua crecerá un 55%, especialmente en el sector de la industria, pero también en la producción eléctrica y uso doméstico. A esto se añade el cambio climático y la desertificación provocada por grandes periodos de sequía, que ya han puesto en nuestro país amplias zonas de las cuencas del Segura, Guadalquivir o Guadiana en alerta por escasez de agua. Los estudios demuestran que 3.900 millones de personas sufrirán estrés hídrico. Básicamente el 40% de la población mundial. Entendemos el estrés hídrico como el momento en el que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado de tiempo, o cuando su uso se ve restringido debido a su baja calidad. En 2050 el agua podría convertirse en un lujo.

Tomar conciencia de que el agua es escasa y que hay que hacer un uso racional y sostenible de ella es imprescindible para poder seguir disfrutándola a diario. No sólo depende del uso responsable de los ciudadanos, sino también de las políticas que los gobiernos e instituciones desarrollan para satisfacer esa necesidad a largo plazo de una manera sostenible y eficiente. Por ello es de agradecer el interés y trabajo que la Diputación de Castellón ha desarrollado para garantizar su suministro para todos los castellonenses de una manera sostenible, solidaria y a un precio asequible. Todo ello siguiendo las recomendaciones de la ONU que en 2010 reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los Derechos Humanos, y así lo recoge el Objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS.

Plan Director de Abastecimiento de Agua potable de la provincia de Castelló (PDA)

Es reconfortante ver que algunos políticos se toman en serio los derechos humanos, trabajan para lograrlos y no se quedan en simples declaraciones de intenciones. El jueves pasado en la Diputación de Castellón se presentó públicamente la red de interés general de abastecimiento de agua, que cuenta con un presupuesto de 206.292.520,76 €, incorporada en el Plan Director de Abastecimiento de Agua potable de la provincia de Castelló (PDA) en presencia del presidente de la institución, José Martí, la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, el director general del Agua de la Generalitat Valenciana, Manuel Aldeguer y del diputado de Sostenibilidad, Ignasi Garcia.

 Ignasi Garcia, diputado de Sostenibilidad, Mireia Mollà, consellera de Agricultura, desarrollo Rural, Emergencia Climática i Transición Ecológica i José Martí, presidente de la Diputación de Castellón. 

Todo después de que el pleno de la Diputación mostrara su apoyo por unanimidad al citado documento. El presidente de la Diputación, José Martí, lo tiene muy claro, el Plan Director del Agua «es el proyecto estrella de la Diputación», nace con el acuerdo de todos los grupos y trascenderá a varias corporaciones y mandatos, «razón por la que resulta tan importante el consenso político alcanzado». Recordó, así mismo, que el Plan garantiza el agua en los pueblos del interior “no podemos olvidar que una de las líneas estratégicas de esta Diputación es afrontar el reto demográfico y poner freno a la despoblación”.

Al diputado de sostenibilidad, Ignasi García, ya lo entrevistamos en Samarucdigital en diciembre del año pasado junto a José Ramón Jiménez, Hidrogeólogo de Diputación, que lleva décadas trabajando en el Plan (ver video de portada). El diputado, consciente de lo ambicioso del plan, trabajaba ya en las sinergias necesarias para garantizar la financiación suficiente para ejecutar el plan. 

Un año después, en la ruda de prensa del jueves, la presencia de la comsellera Mireia Mollà era la garantía de esa necesaria y estrecha colaboración institucional, que buscaba García. «Este proyecto que os presentamos sería la arteria de la infraestructura hídrica y lo hemos hecho de la mano de la Consellería, que se ha prestado a hacerse cargo de la elaboración del proyecto. Son los pasos que empezamos a dar de un proyecto de futuro para garantizar el suministro de agua de la provincia», ha manifestado.

La consellera Mireia Mollà, alabó el trabajo realizado por los técnicos de la diputación provincial el excepcional anteproyecto, ya que facilitará mucho la redacción del proyecto. cuyo coste se comprometió a pagar desde la Consellería, para conseguir que el Gobierno central financie su ejecución. Para ello, Mollá buscará la declaración de interés general del Ejecutivo, aportando el proyecto antes del 22 de diciembre para que pueda ser incluido  dentro del próximo ciclo de planificación que se extenderá hasta el 2027. Con la declaración de interés general será el Estado el encargado de financiar la infraestructura, aspiración que, tanto la consellería como la diputación, ven factible gracias a la ayuda de los fondos europeos de reconstrucción.

La Consellera ha felicitado la Diputación por implicarse «de una manera tan clara» al garantizar «los bienes y servicios del bienestar del conjunto del primero al último de los vecinos y vecinas del área que representa, y, por lo tanto, dar justicia social en este caso, además de un servicio básico fundamental, y cómo no, con un componente de sostenibilidad y de equilibrio ambiental que los tiempos lo requieren». ¿Qué mejor que utilizarlos para garantizar el derecho al agua de calidad?