584 toneladas de basura en nuestras playas
Las playas del Mar Mediterráneo forman parte de la esencia de la Comunitat Valenciana. Un recurso natural que potencia nuestra economía e incluso, algunas de ellas, se consideran un emblema distintivo. Aún quedan 19 días para colaborar en su crowdfunding de concienciación PlasticFriendly, una campaña de micromecenazgo que busca conseguir financiación para crear un taller de reciclaje de plásticos extraídos del mar.
PlasticFriendly en lateuaterra.com
En 2017, 144 playas de nuestro territorio obtuvieron una bandera azul, el sello de excelencia que otorga la Unión Europea y que nos ha situado como la comunidad autónoma líder en playas con esta condecoración. A pesar de estos datos, nuestros parajes naturales esconden mucho más de lo que, aparentemente, suele sacarse a relucir. Año a año, el litoral mediterráneo se transforma en un vertedero en el que se acumulan toneladas de basura. En 2017, la Diputación de Valencia recogió más de 584 toneladas de basura de nuestras playas, una cifra que supone más del doble que cuatro años atrás, cuando se recogieron 220 toneladas de basura. Esta gran cantidad de vertidos saca a relucir un problema de gestión de los residuos que consumimos en nuestro día a día, compuestos por el material más utilizado en el siglo XXI: el plástico. Normalmente, los productos que son elaborados con este material altamente tóxico solo tienen un uso y, así, se hace muy complicada su reutilización.
Vasos, cuerdas, tapones, botellas, bastoncillos, filtros de cigarros ... son algunos de los residuos que nos encontramos en las costas de la Comunidad Valenciana. Su origen es diverso: unos pasan por los filtros de las plantas de depuración, dado su tamaño minúsculo, otros proceden de las aguas del alcantarillado o incluso encontramos residuos procedentes de la propia desidia del género humano.
Esta situación afecta gravemente al ecosistema marino. Solo un simple filtro alberga 165 compuestos químicos tóxicos entre los que destacan metales pesados como el aluminio, el cobre, el hierro, el plomo, el níquel o el titanio. Estos metales se acumulan en los sedimentos de los mares y pueden persistir durante mucho tiempo, acarreando consecuencias catastróficas para la fauna y flora marina. Cualquier especie que encuentra e ingiere un filtro de este estilo se contamina y muere, mientras que otras especies pueden quedar atrapadas por estos residuos y, en el peor de los casos, morir asfixiadas.
Pero el problema no acaba aquí. La erosión del ambiente y el efecto de la luz hace que cada plástico se parta en trozos más pequeños, de menos de 5 mm de diámetro o longitud. Las sustancias tóxicas que desprenden estos microplásticos afectan al ecosistema marino de la Comunitat Valenciana y, al reproducirse en la cadena alimentaria, también pueden perjudicar la salud de las personas. Según el departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante, cada kilo de sal procedente de las playas de la Comunitat Valenciana contien una media de 90 microplásticos.
PlasticFriendly en lateuaterra.com.
Un colectivo de voluntarios valencianos cree que una mayor educación medioambiental podría acabar con esta situación. Ellos son BIOagradables. Iniciaron su andadura en 2012, organizando limpiezas de playas mensuales con sus amigos. Ahora congregan a más de 60 voluntarios en cada limpieza, realizan informes sobre los residuos obtenidos y ofrecen charlas y talleres de sensibilización medioambiental. Su próximo reto es que la educación medioambiental sea una asignatura en los colegios e institutos y, así, se inculque una actitud de respeto hacia el medioambiente desde la infancia.
Con este propósito, los voluntarios han lanzado PlasticFriendly en lateuaterra.com. PlasticFriendly es una campaña de micromecenazgo que busca conseguir financiación para crear un taller de reciclaje de plásticos extraídos del mar. El taller va desde la limpieza de la playa hasta la transformación del residuo en algo útil. De esta forma, quieren involucrar a las personas y visibilizar la contaminación de nuestras playas.
Solo trabajando por la concienciación y sensibilización medioambiental conseguiremos que nuestras costas continúen siendo un emblema del territorio valenciano.