20 años de estudio del Aguila perdicera

El anillamiento científico y el uso pionero tecnologías de rastreo GPS / GSM de alta resolución permiten a los investigadores valencianos conocer la ecología y el comportamiento del Águila perdicera en todas sus fases biológicas e identificar sus principales amenazas. Esta información, de una calidad única y sin precedentes en el estudio de las rapaces europeas, es vital a la hora emprender acciones enfocadas a la conservación de la especie.

El Águila, por su elegancia en el vuelo, su porte esbelto, sus poderosas garras y su precisión implacable en la caza, ha sido considerada la más poderosa de las aves, reina de las rapaces, símbolo celeste y solar, un atributo de la deidad. Desde el Extremo Oriente hasta Europa, el águila es el animal asociado a los dioses del poder y de la guerra.

El Aguila perdicera, (Aquila fasciata), ajena a este simbolismo, bastante tiene con sobrevivir y mantener más o menos estable su población. Pese a su tamaño mediano, la también llamada águila azor o de Bonelli, es la más ágil entre las grandes águilas con las que se le relaciona genéticamente: el Águila real (A. crysaetos) y el Águila imperial (A. adalberti). Se encuentra catalogada en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en la categoría de Casi amenazada tanto a nivel mundial y europeo. Su población mundial se estima en una orquilla muy amplia de entre 10.000 a 100.000 ejemplares, aunque se cree en claro declive. Mas precisas son las estimaciones de su población en Europa con alrededor de 1000 parejas reproductoras de las cuales aproximadamente 800 se encuentran en España, donde se incluye en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como Vulnerable debido al declive que se ha observado en su área de distribución, llegando incluso a extinguirse en algunas zonas, como la isla mediterránea de Mallorca y la zona norte de la península. Esta situación llevó a la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife a la declaración en el año 2005 como Ave del Año. Sus principales reductos ibéricos son Andalucia, Comunidad Valenciana y Extremadura. 


20 años de investigación

Pascual López, profesor de Ecología en la Universidad de Valencia e investigador del Grupo de Vertebrados Terrestres del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (Universidad de Valencia), lleva 20 años estudiando el Águila perdicera. Este biólogo, interesado en la ecología de la población y el comportamiento animal, ha centrado  su investigación en la disciplina emergente de la ecología del movimiento, que tiene como objetivo estudiar el fascinante mundo del movimiento animal. Pascual es pionero en el uso y aplicación de big data registrado por las tecnologías de rastreo GPS / GSM de alta resolución. A lo largo del periodo 2015-18, se han capturado 38 ejemplares de 16 territorios repartidos en las sierras de Espadán, Calderona y Borriol, P.N. Las Hoces del Cabriel y en término municipal de Villena. Todos ellos han sido marcados con anillas de lectura a distancia y emisor GPS/GMS dataloggers, con memoria suficiente para almacenar centenares de miles de localizaciones GPS. 

Esta tecnología permite a los investigadores conocer con precisión los movimientos de los animales, sus lugares de alimentación, las zonas de campeo, las amenazas y las causas de mortalidad prematura, la altura a la que vuelan y su posición segundo a segundo. Un estudio tan exhaustivo y prolongado en el tiempo ha servido a los investigadores para conocer la ecología y el comportamiento del Águila perdicera en todas sus fases biológicas e identificar sus principales amenazas. Esta información, de una calidad única y sin precedentes en el estudio de las rapaces europeas, es  vital a la hora emprender acciones enfocadas a la conservación de la especie. 


Samarucdigital lleva siguiendo su trabajo desde el año 2015, cuando asistimos en la Sierra de Espadán al anillamiento y la colocación de un gps a una pareja ejemplares. Esta vez hemos asistido al anillamiento de dos pollos en el limite norte de la comarca de Ribera Alta. Junto a Pascual nos acompañan un grupo de veterinarios de la Universidad Católica, agentes medioambientales del Gurpo de Intervención en Altural y un grupo de estudiantes del master de Biodiversidad y conservación de la Universidad de Valencia.

La fase de dispersión Juvenil

El anillamiento científico y la tecnología satélite han permitido a los investigadores conocer con precisión el comportamiento de la especie en su período de  dispersión juvenil, una de las fases biológicas más desconocida de la vida del águila perdicera y una etapa crítica en la que la mortalidad es muy elevada. Los individuos juveniles se independizan de los padres en el tercer o cuarto mes de vida y  presentan un comportamiento errático, de movimientos de entrada y salida del territorio parental, en busca de comida. Alrededor del séptimo mes se alejan largas distancias de la zona parental en busca de un territorio propio donde reproducirse alcanzada la madurez sexual. Una vez asentadas en su zona de reproducción son territoriales y suelen estar ligados todo el año a su área de cría. Águilas marcadas en el Desert de les Palmes han acabado asentándose y reproduciéndose en los Montes de Toledo. La investigación evidencia la interconexión entre poblaciones y, por tanto, un flujo genético entre diferentes zonas de la península ibérica.

Amenazas

Las principales causas del alto índice de mortalidad tanto de inmaduros en dispersión como de adultos son principalmente la electrocución y colisión con tendidos eléctricos, la persecución directa, disparos, trampas o venenos en cotos de caza menor, la transformación del hábitat por infraestructuras como balsas de agua, la escasez  o enfermedad de sus recursos tróficos  y las molestias humanas de ocio en áreas de cría. La investigación del Grupo de Investigación Zoología de Vertebrados de la Universidad de Alicante (UA) y del Institut Cavanilles de la Universitat de València (UV) alerta que el aumento de la presencia humana los fines de semana en territorios de cría hace que las águilas se vean obligadas a alejarse del nido y a cubrir mayores distancias para encontrar alimento que influye negativamente en el éxito reproductor de la especie. El estudio, recientemente publicado en la revista científica "Biological Conservation", urge a limitar  espacial y temporalmente durante el periodo de cría actividades como la caza, la escalada o el senderismo. 


Según el "Censo y conservación de águila perdicera y águila real en la Comunitat Valenciana" de la Dirección de medio natural de GVA, en 2018 ingresaron en los Centros de Recuperación de fauna de la Comunidad Valenciana 14 águilas perdiceras todas muertas, menos tres. Una por colisión contra cable eléctrico, otra por electrocución en apoyo eléctrico y un pollo del año que se encontraba bajo de peso, posiblemente por abandono prematuro del nido y que una vez recuperado fue cedido a la asociación GREFA para su incorporación a un programa de reintroducción, 

Población en descenso

La investigación constata un declive en las poblaciones de Castellón y València y un pequeño incremento en la de Alicante que es el óptimo de la especie. Se da la paradoja de que está declarada en peligro de extinción en todas las comunidades vecinas a la Comunidad Valenciana, donde esta declarada como Vulnerable. Según Pascual López la tendencia indica que será declarada pronto en peligro también aquí. El grupo de investigación liderado por Vicente Urios de la Universidad de Alicante y Pascual López del Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia, llevan desde 2015 reclamando una estrategia conjunta de conservación del àguila perdicera a nivel estatal dada la interconexión genética de las poblaciones. A nivel peninsular podemos decir que la baja productividad de la especie, la baja supervivencia juvenil y la alta mortalidad adulta conlleva que los ejemplares que llegan a tener éxito reproductivo sólo cubran las bajas producidas en los individuos reproductores. 


Alimentación Suplementaria

Para evitar las elevadas tasas de mortalidad adulta (alrededor de un 40%) Urios y López han implementado el proyecto “Estudio de la incidencia real de la alimentación suplementaria sobre la ecología espacial y reproductora del águila-azor perdicera en la Comunidad Valenciana”. El estudio realizado en el entorno del Parque Natural de la Sierra de Espadán, proporciona alimentación suplementaria  en las zonas de reproducción para evitar que las parejas se alejen mucho de su territorio de cría y tengan más posibilidades de supervivencia.  La experiencia ha dado buenos resultados en cuanto a la productividad. Cuatro de estas parejas han criado con éxito (han sacado al menos 1 pollo), lo que supone una mejora sustancial con respecto a años anteriores.

Uno de los resultados más positivos de este proyecto ha sido la apertura de una línea de trabajo con la Administración Valenciana que tiene por objetivo aplicar los conocimientos generados en el transcurso de este proyecto, principalmente la identificación de los factores de mortalidad del águila perdicera, para la conservación no sólo de esta especie, sino de la avifauna en general. El proyecto está financiado por Red Eléctrica de España. La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) participan en el proyecto como entidades colaboradoras proporcionando apoyo logístico en forma de medios materiales y humanos.

El GIA, Grupo de Intervención en Altura

El águila perdicera cría en macizos montañosos y sierras. Construye sus nidos generalmente en cortados rocosos de dimensiones variables y de difícil acceso. Samarucdigital ha sido testigo de la dificultad y riesgo del trabajo de campo de los investigadores que necesitan la ayuda indispensable de grupos especializados de Agentes Medioambientales conocedores del terreno. La Generalitat Valenciana ha creado, formado y equipado a un grupo de 14 Agentes Medioambientales especialistas en trabajos en altura que se hacen cargo de funciones de conservación, gestión y manejo de especies y espacios naturales protegidos, en lugares de acceso arriesgado (acantilados, cuevas, simas, grandes árboles). Prestan apoyo en el anillamiento de rapaces, la eliminación o control de especies exóticas invasoras de flora o fauna en zonas de difícil acceso, o la recogida de semillas, siembra y plantación de especies de flora protegida. Aquí los vemos en acción.


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