Renovación generacional y de género principal reto del Desarrollo Rural

El COITAVC analiza en su IV Encuentro ‘Nuevos Horizontes de la Agricultura Valenciana los retos que plantea en la Comunidad Valenciana el desarrollo rural y la tendencia a futuro en la aplicación de las ayudas.

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados Agroalimentarios de Valencia y Castellón (COITAVC) ha celebrado su IV Encuentro ‘Nuevos horizontes de la agricultura valenciana’. Una cita anual en la que se analizan algunos de los retos y tendencias del sector primario en la Comunitat Valenciana. En esta última edición el COITAVC ha contado con la participación de Dionisio Ortiz, Doctor Ingeniero Agrónomo y profesor del Departamento de Economía y Ciencias Sociales de la UPV, que ha analizado los posibles cambios que pueden darse en la aplicación de ayudas al Desarrollo Rural marcadas desde Europa.

La renovación generacional, la incorporación de mujeres, el cambio climático y un modelo más cooperativo y rentable, principales retos del sector

En la conferencia también se analizaron los retos que es necesario afrontar para la pervivencia en las zonas rurales, algo que tiene una relevante repercusión a nivel medioambiental, cultural y económico. El reto más acuciante es la renovación generacional y de género. “El sector está envejecido y masculinizado. Es imperante la entrada de jóvenes y especialmente de mujeres, a los que habría que facilitar el acceso a actividades agrarias y no agrarias que incidan en el desarrollo de estas zonas rurales”, ha comentado Ortiz. A ello se une que esas actividades sean rentables, uno de los grandes retos que afronta el sector desde hace décadas y que no termina de asentarse.


Otro de los retos sería el de tomar medidas contundentes y efectivas contra el cambio climático, que ya afecta a la Comunitat Valenciana y que tenderá a agravarse en los próximos años.

La presidenta del COITAVC, Regina Monsalve, añadió al análisis que es necesaria una defensa de los productos y sobre todo de los productores. En esa labor, destacó la necesidad de concienciar al consumidor del coste no visible de consumir productos de otras latitudes. “Hay que informar al consumidor de que ese producto tan barato nos está costando muy caro en impuestos, tasas, contaminación… Debemos volver al producto de cercanía y de temporada. Así, también ayudamos al desarrollo rural de nuestro entorno y fomentamos que nuestros productores puedan seguir con su actividad, y dar entrada a jóvenes que vean en el sector agroalimentario una opción de futuro, porque lo tiene”, afirmó Monsalve.

La competividad que nos llega de Bruselas

Para Ortiz, estamos ante un momento de transición que marcará nuevas formas de aplicar las políticas y ayudas llegadas desde Europa. Uno de esos cambios podría pasar por subastar los programas de ayudas al mejor postor, es decir, ofrecer la ayuda a aquel agricultor que presente la oferta más competitiva, equilibrando costes con objetivos planteados, con un necesario control de que en este tipo de subastas no siempre tengan prevalencia los grandes propietarios.

Ortiz también destacó otro modo de gestión de las ayudas que ya están aplicando en países como Alemania, y es pagar por resultados, no por la aplicación de las medidas. Por ejemplo, para calibrar el éxito o fracaso de las medidas medioambientales, en otros países se valora la biodiversidad generada, cuantificando, por ejemplo, la cantidad de insectos beneficiosos en un entorno y, en base a esos resultados, se otorgan las ayudas a los responsables de aplicar las medidas que han favorecido las mejoras medioambientales.

Algunas políticas que se están llevando a cabo con éxito en otras Comunidades, también sirven como ejemplo de aplicación en la Comunitat Valenciana. Como el seguro de estabilización de rentas, aplicado por Castilla y León y que garantiza al productor que cuando haya variaciones sustanciales en los precios, se le asegure una sostenibilidad, y no tenga que trabajar a pérdidas.

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